sábado, 5 de julio de 2008

DEFENSA DE LA LENGUA COMUN (1)








Traemos aqui la primera de cuatro entrevistas que se publicaron ayer en el ABC, las cuatro defendiendo la lengua comun.
Entrevista a Alfonso Ussía.

Ussía: “Es terroríficoque el español esté marginado en España”

El escritor Alfonso Ussía se adhiere al manifiesto a favor del castellano

IGNACIO GIL

Una nueva voz se une a la corriente de intelectuales que están haciendo causa común en defensa del español. A su juicio, los responsables son los socialistas: «Allá donde gobiernan siempre ceden ante los nacionalismos»

PALOMA CERVILLA

MADRID. El escritor y perio­dista Alfonso Ussía se sumó ayer a la amplia nómina de in­telectuales y escritores que, a través de las páginas de ABC, se están adhiriendo al Mani­fiesto por la Lengua Común. Una iniciativa que ha revolu­cionado la vida académica, pe­riodística, política, social y cul­tural, y que tiene como objeti­vo la defensa del castellano, que se respete el derecho a usar la lengua española. Ussía no du­da en manifestar contundente­mente su apoyo a la lengua es­pañola y tampoco duda a la ho­ra de apuntar a los responsa­bles de su marginación: los so­cialistas.

—¿Se adhiere al Manifiesto en de­fensa del castellano?

—Me adhiero públicamente a este Manifiesto en defensa del castellano, pero con una salve­dad: lo del castellano. Me pare­ce una cursilería que se utilice este término, ya que cuando se sale fuera de España lo que se habla es el español.

—¿Realmente usted cree que es­tá en peligro el uso del idioma es­pañol?

—El español no está en peligro porque es un idioma impara­ble en el mundo. Lo que sí está en peligro es el uso del español en España, y eso sí que me pare­ce bochornoso.

—¿Cuáles son las causas que, a su juicio, están poniendo en peli­gro el uso del español en el territo­rio español?

—Una de las causas fundamentales es el fanatismo naciona­lista. Los otros idiomas españo­les, como son el catalán, el vas­co y el gallego, son joyas, pero nunca podrán desplazar al es­pañol en España.

—¿En qué zonas de España consi­dera que el español está en peli­gro?

—Hay gravísimos problemas en zonas rústicas del País Vas­co, en pequeños núcleos de po­blación. En estas zonas es im­posible oír hablar el español. Además, en las ikastolas, a los niños no se les enseña el espa­ñol, se les enseña a odiar el es­pañol. Esta misma situación también está empezando a su­ceder en Baleares y en algunos lugares de Cataluña.

—¿Quién cree que es el responsa­ble de que esta situación se esté produciendo en España y exten­diéndose cada vez más?

—Es responsabilidad de los so­cialistas. Allá donde gobier­nan siempre ceden ante los na­cionalismos y se margina el es­pañol. El idioma español no tie­ne ningún peligro porque tiene una fuerza incalculable. Pero es terrorífico que sea el segun­do idioma más hablado del mundo y esté marginado y veta­do en España.

DEFENSA DE LA LENGUA COMUN (2)











En este caso es la parte 2, entrevista a Marina Castaño, viuda de Camilo José Cela.

«Cela sería el primer abanderado en defensa de la lengua española»

Marina Castaño__________ Viuda de Camilo José Cela

ÁNGEL DE ANTONIO

LUIS MIGUEL GÓMEZ

MADRID. Ya han pasado seis años desde la muerte del últi­mo Nobel de las letras españo­las, Camilo José Cela. Su viu­da, Marina Castaño, no ha dudado en sumarse al Manifiesto
por la Lengua Común

—¿Apoyaría su marido el Mani­fiesto? .

—Se habría adherido desde el primer momento, hasta lo aban­deraría, porque él amaba la len­gua por encima de todo, era su herramienta de trabajo. No du­do de que sería el primer aban­derado en esta campaña de de­fensa de la lengua española.

—¿Era para Camilo José Cela una lengua amenazada?

—Él nunca pensó que el espa­ñol estuviera en peligro. Sostenía que dentro de 100 ó 200 años sólo se hablarían cuatro len­guas en el mundo: el español, el inglés, el árabe y el chino.

—¿Y usted? ¿La considera una lengua en peligro?

—En España, una lengua tan fuerte como la nuestra está te­niendo dificultades, pero creo que son problemas de provin­cianismo, de paletismo, de pu­ra incultura, de mediocridad. Es un paso atrás, en definitiva.

—¿Cuál es su opinión sobre las políticas lingüísticas de algunas comunidades autónomas?

—Hay que conservar todas las lenguas vernáculas, pero lo que no se puede hacer es impo­ner una lengua por decreto.

—¿Debería la Academia promo­ver este Manifiesto?

—Lo idóneo sería que como Real Academia de la Lengua fuese la que impulsase esta de­fensa del español. Pero ya que no toma la iniciativa, no sabe­mos por qué extrañas razones políticas o, entre comillas, di­plomáticas, pues está bien qué la mayoría de los académicos se estén uniendo individual­mente, junto con escritores, de­portistas, intelectuales... Que seamos gente de todos los ámbi­tos de la sociedad quienes em­pujemos esta iniciativa para defender algo tan hermoso co­mo es el español, una lengua que por otra parte hablan mu­chos millones de personas en el mundo.

DEFENSA DE LA LENGUA COMUN (3)












Parte 3 de 4. La entrevistada es Maria España, viuda de Paco Umbral.

“Cuántas columnas habría hecho estos días Paco Umbral en defensa de l castellano!”

María España confirma, en esta entrevista a ABC, que Francisco Umbral se habría unido desde el primer minuto en su columna al Manifiesto por la Lengua Común. La viuda del escritor explica que envió su adhesión el primer día como «persona particular»

POR ANTONIO ASTORGA

—¿Se ha adherido usted al Mani­fiesto por la Lengua Común? ¿Cuándo y cómo?

—El primer día ya envié mi ad­hesión. Lo hice como persona particular, como tanta gente. Lo mandé anónimamente y me imagino que tendrán allí la firma con la fotocopia del car­né, que es lo que piden.

—¿Umbral habría firmado ese Ma­nifiesto?

—Sí, sin duda, por supuesto. Fí­jese el amor que él tenía sobre todo a Barcelona, dónde íba­mos mucho, y donde teníamos tantos amigos. Yo lo he pensa­do estos días: ¡Cuántos artícu­los habría escrito Paco en de­fensa del castellano!, claro.

—¿Qué le ha impulsado a unir su nombre a este Manifiesto?

—Me parece que la lengua caste­llana es el idioma de muchísi­mos millones de personas, y con­sidero que lo que están hacien­do en Cataluña va en detrimen­to de la gente, más que del idio­ma. El idioma español está ahí, pero la gente a la que le están prohibiendo su acceso, y a los ni­ños a los que están enseñándoles están limitando mucho. El día de mañana esas personas tendrán un problema. ¡Claro, van a estar en un país que es Es­paña y en el que no van a poder desenvolverse si no les permi­ten aprender español! Es como si fuera uno a Rumania. Si yo fuera allí, no me entenderían. Las personas de Cataluña que sólo sepan catalán y, por ejem­plo, vayan a Sevilla se van a en­contrar como fuera de órbita.

—¿Qué opinión le merece el he­cho de que en Cataluña se impon­gan multas a los comerciantes que no rotulen en catalán los carteles de sus locales, en claro detri­mento de los que quisieran hacer­lo en castellano?

—Me parece muy excesivo. To­do eso va en perjuicio, en detri­mento de Cataluña, País Vasco y Galicia, donde exigen esto. En el caso concreto catalán me pre­gunto: ¿qué van a hacer-allí cuando la gente vaya a comprar a El Corte Inglés? Creo que las personas quieren entrar en esas grandes superficies como han entrado siempre, no que de pronto se tenga que dirigir en catalán al dependiente para comprar unos zapatos, y el de­pendiente, si es de Valencia, de Navarra o Salamanca, tenga que aprender catalán para aten­derles. Eso me parece absurdo porque todos saben castellano. Si una va a Londres y conoce un poco de inglés, lógicamente una se arregla como puede, y la gen­te de allí trata de entenderte. Pues aquí, que estamos mane­jando la lengua común que es el castellano, ¿porqué vamos a an­dar con otras historias? No me parece mal que la gente sepa, además de castellano, catalán, como aprendemos francés, o he­mos sabido en algún momento latín. Pero de eso a exigir ya a los comerciantes que rotulen y sólo se hable catalán en la tien­da... no sé si en la práctica es así o no, pero si es así —yo dentro de poco voy a ir a Barcelona— en­tonces espero no tener proble­mas como si fuera a Hungría.

—El manifiesto no es «anti», sino que habla de libertad.

—Si una va a Barcelona siem­pre ha oído que hay gente que habla en catalán. Bueno, muy bien. Pero ál hablar con una lo hacen en castellano porque yo no sé catalán. Me parece muy bien que ellos cultiven el cata­lán y que traten de, a lo mejor, enseñárnoslo a los demás. Im­ponerlo me parece un error. Es­tán limitando las posibilida­des de los catalanes; a lo mejor la gente piensa: «¿Voy a ir a Ca­taluña, a visitar Barcelona y voy a tener este problema? Pues mira, me voy a Andalucía donde no lo voy a tener.

—¿Este acoso al castellano lastra­rá a la larga la creación literaria?

Tengo allí mucha familia que sabe castellano. Muchos saben, además, catalán. Tienen una ri­queza superior a la nuestra, pe­ro no cabe duda de que, con esa imposición, lo que en el fondo es­tán tratando es llegar a plan­tear el día de mañana la inde­pendencia del resto de España. Veo que eso es a lo que aspiran.

DEFENSA DE LA LENGUA COMUN (4)



Traemos aqui la cuarta de cuatro entrevistas que se publicaron ayer en el ABC, las cuatro defendiendo la lengua comun.
Entrevista a Concha de Campmany.



«Si se lo hubieran pedido, Jaime habría escrito el Manifiesto»

Concha Campmany________ Viuda del

columnista de ABC Jaime Campmany


IRENE G. VARA

MADRID


.—¿Cree que su mari­do hubiera estado de acuerdocon el Manifiesto por la LenguaComún?


—Por supuesto. Él defendía su lengua castellana, como la lla­maba, su idioma, su instrumen­to de trabajo. Y la hubiera de­fendido a ultranza. Lo que no sé es si hubiera firmado el Ma­nifiesto, porque él sólo firma­ba lo que escribía. Aunque si le hubieran pedido escribirlo, se­guramente lo hubiera hecho. Y lo hubiera hecho muy bien. Pe­ro él no está y no puedo contes­tar categóricamente. Lo que sí hubiera hecho es escribir mu­chos artículos en defensa del castellano.

¿Cuál era su opinión sobre la política lingüística?


—Opinaba que la situación no era la deseada. Aunque él pen­saba que todas las lenguas te­nían que pervivir y que tenían que cultivarse, pero no a costa de acabar con el castellano. Jai­me era de familia catalana y quería mucho a Cataluña. Lo que los hablantes de las len­guas periféricas pretenden es que no se acabe con su idioma. Pero es que nadie quiere aca­bar con ellos. Es que no se pue­de querer acabar con eso.


—¿A qué se debe este arrinconamiento del castellano en comuni­dades como Cataluña?


—Pues mira, para mí es campa-nillismo. Y para Jaime tam­bién lo era. En cada pueblo hay un campanario y la gente lo quiere y no le interesa el cam­panario del pueblo de al lado. Es absurdo pensar que lo nues­tro es lo mejor. Lo maravilloso es fomentar el bilingüismo. El bilingüismo es enriquecedor, pero el monolingüismo es em-pobrecedor. Sobre todo si es un idioma que habla poca gente. Yo creo que con estos proble­mas se está creando una socie­dad pobre para el día de maña­na.

¿Cree que ese acoso tendrá consecuencias para la creación li­teraria en castellano?

—Yo creo que no. El castellano es una lengua muy viva, muy fuerte. Seguirá habiendo escri­tores que utilicen el castella­no. No se puede acabar con esta lengua, es de sentido común. No puede tener la misma im­portancia un idioma que lo ha­blan 400 millones de personas que otro que se habla en un so­lo país, aunque los dos sean pre­ciosos.