viernes, 27 de junio de 2008

DON LUIS CENCILLO HA FALLECIDO























Anteayer, día 25 de Junio de 2008, falleció en el Hispital de San Rafael, de Madrid, Don Luis Cencillo.
Fernando Sánchez Dragó en su programa "Las Noches Blancas" le entrevistó tres veces. La primera en compañía de otros autores. Las otras dos veces fueron entrevistas personales a D. Luis Cencillo examinando parte de su gran obra. Tuve oportunidad de entregar personalmente a Don Luis Cencillo DVD de las tres entrevistas, en la parroquia de San Juan de Ribera, donde presidia la Eucaristia de los sábados por la tarde. Era jesuita, retirado de la Compañía, pero ejerciendo como sacerdote.
Expongo a continuacion el principio de su semblanza que figura en Wikipedia y a continuacion dos articulos in memoria.
Descanse en paz.

Luis Cencillo

De Wikipedia, la enciclopedia libre





Luis Cencillo ( * Madrid, 1923- ) es un filósofo, antropólogo, filólogo y psicólogo español. Es autor de varias decenas de ensayos. En la actualidad practica la psicoterapia en la Fundación Cencillo de Pineda junto a otros psicólogos.


Luis Cencillo Ramírez (Madrid, 1923) es el fundador y presidente de la Fundación Cencillo de Pineda.

Es Doctor en Filología Clásica, licenciado en Filosofía, Derecho y Teología, y diplomado en Psicología.

Fue alumno de Max Müller, Heidegger, Rahner y Erich Wolff y oyente de Jaspers en Basilea.

Como docente, fue Lektor de español en Innsbruck (1956/57), Profesor Contratado en las Universidades de Freiburg (1957/58), Munich (1958/59), Bonn (1959/66), Dozent de Teoría del Conocimiento en la Universidad Popular de Colonia (1964), Titular en Valladolid (Fundamentos de Filosofía, 1966/67), Agregado de Historia de los Sistemas (UCM, 1967-1973), Agregado de Antropología General (UCM, 1973-1977), Catedrático de Antropología (Salamanca, Fac. civil, 1977, y Decanato de Psicología, jubilándose en 1988).

Tras su jubilación, impartió un curso de Filosofía en Córdoba de Argentina (1993), y un curso de Psicoterapia en la universidad de El Salvador de Buenos Aires (1994), ha sido profesor de Factores Psicológicos de la Sexualidad en INCISEX (1990-1995) y profesor de Psicología de las Religiones en el Master de Ciencias de las Religiones de la Universidad Pontificia de Comillas (1990-96).Practica la Psicoterapia desde 1973.

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Su aporte a las Ciencias Humanas [editar]

El profesor Cencillo ha realizado contribuciones a la Filosofía y dentro de ésta a la Ontología, la Antropología filosófica, la Gnoseología, la Filosofía de la ciencia, la Filosofía del lenguaje, la Ética, la Estética y la Filosofía de la cultura. También a la Antropología cultural, al estudio de los mitos, a la Historia de las religiones, a la Psicología (de la personalidad, de la motivación, de la cognición, de los sueños, del envejecer), a la Psicopatología, a la Psicoterapia, a la Sexología, a la Teoría de la comunicación, a la investigación sobre la mística y a la Teología.

En memoria de Luis Cencillo

Luis Cencillo, además de minente psicólogo -entre otras muchas cosas- seguía siendo sacerdote (celebró hasta hace poco tiempo -hasta que sus achaques se lo impidieron- la misa del sábado por la tarde en la Parroquia de San Juan de Ribera de Madrid). Javier Esteban glosa su figura.

"El olvido en el que murió y hasta cierto punto vivió el profesor Luis Cencillo (Madrid 1923) es todo un síntoma del malestar de la cultura española, de su dependencia de camarillas y sectas universitarias, y del desinterés general por el saber en nuestra sociedad. En cualquier país europeo Luis Cencillo tendría un equivalente al Cervantes y funerales casi oficiales, pero aquí no tendrá ni una esquela. Éste fue su sino.

El saber humanista de Luis Cencillo era impresionante, y ello impregna su extensa obra de un carácter panorámico e interdisciplinario único. Además de un brillante e incansable investigador, Luis Cencillo fue doctor en Filología Clásica, licenciado en Filosofía, Derecho y Teología, Antropólogo y diplomado en Psicología. Luis se formó con gentes como Max Müller, Martin Heidegger, Rahner, Erich Wolff y Jaspers.

Después de pasarse media vida aprendiendo, Luis Cencillo abandonó la Compañía de Jesús al negársele la posibilidad de impartir docencia “por tener ideas peligrosas”. Gracias a ello, fue profesor en Innsbruck, Freiburg, Munich, Bonn, Colonia, Valladolid (Fundamentos de Filosofía), Madrid Complutense (Historia de los Sistemas y Antropología General) y, finalmente, Catedrático de Antropología (Salamanca).

Al volver a España en los sesenta de su exilio cultural, Luis Cencillo encontró un ambiente “rancio y beatorro”, lo que dificultó su carrera, que luego chocaría con “el positivismo” imperante en las escuelas de antropología y psicología. Inclasificado e inclasificable, Luis Cencillo no dejó de pensar, debatir y trabajar hasta el día de su muerte. Despreció a su clase social burguesa y se consideró, además de un investigador dedicado, un cristiano “con chándal”, de “los que quieren amar al prójimo”. Demasiado insolente para la Academia y para la Jerarquía.

Pese al aislamiento al que fue sometido por su condición de pensador sin escuela, pocos españoles han gozado de su creatividad. Entre sus más de cien obras catalogadas (muchas veces necesariamente autoeditadas) se encuentran verdaderas joyas de la antropología, como su estudio sobre el desfondamienro del ser humano o su magistral obra de interpretación de los sueños. El profesor Cencillo realizó contribuciones a la Ontología, la Antropología filosófica, la Gnoseología, la Filosofía de la ciencia, la Filosofía del lenguaje, la Ética, la Estética y la Filosofía de la cultura. Destacan sus estudios y publicaciones en Antropología cultural, estudio de los mitos, Historia de las religiones, Psicología, Psicopatología, Psicoterapia, Sexología, Teoría de la comunicación, investigación sobre la mística y Teología. Luis Cencillo pensaba en alemán, pero podía conversar en sáncrito o griego clásico, además de conocer casi todas las lenguas occidentales.

Cencillo fue un peatón cristiano que no dejó de denunciar en sus homilías y libros la naturaleza injusta y opresora de la sociedad y la siniestra alianza de las jerarquías con los poderosos, lo que también le privó del paraguas cultural católico. En Friburgo compartió banco de universidad con Ratzinger, al que irónicamente se refería como “el marmolillo”.

Su interpretación y estudio de los evangelios merece un capítulo aparte. El gran esfuerzo de su obra fue intentar un estudio riguroso y metodológicamente científico desde el humanismo interdisciplinario. Luis solía bromear diciendo que si los sueños se pesaran o midieran como los mocos, siendo como son reveladores de mucho más que aquellos, los positivistas le habrían dado el Nobel. Pero tal y como soñó a los cuatro años, nunca recibió en vida premio o reconocimiento, sino polémica y dificultades. Pasó los últimos años impartiendo terapia a gentes necesitadas, de manera altruista. La Fundación que presidió y a la que donó sus bienes, es ahora la encargada de intentar sacarlo del olvido. Luis Cencillo tuvo, en sus propias palabras, una vida contra viento y marea. Descanse en paz.

Javier Esteban


Fallece Luis Cencillo


jueves, 26 de junio de 2008

Filósofo, antropólogo, y psicólogo, el profesor falleció en la tarde ayer en el Hospital de San Rafael, de los Hermanos de San Juan de Dios, de Madrid.

El profesor Luis Cencillo, filósofo, antropólogo, y psicólogo, falleció en la tarde ayer en el Hospital de San Rafael, de los Hermanos de San Juan de Dios, de Madrid, según ha informado hoy la Fundación que Cencillo presidía.

Luis Cencillo Ramírez de Pineda, nacido en Madrid el 12 de enero de 1923, era Doctor en Filología Clásica (1955), licenciado en Filosofía, Derecho (1954) y Teología (1957), y diplomado en Psicología por la Universidad de Friburgo (Alemania), donde además impartió clases de Filosofía Española.

Fue alumno de Max Müller, Heidegger, Rahner y Erich Wolff y oyente de Jaspers en Basilea (Suiza). Entre 1958 y 1966 impartió clases en las universidades alemanas de Bonn, Munich y en la Universidad Popular de Colonia.

Este último año regresó a España como adjunto titular en la Universidad de Valladolid y al año siguiente fue nombrado agregado de Historia de los Sistemas Filosóficos en la Universidad Complutense.

En 1977 se incorporó a la cátedra de Deontología de la Universidad de Salamanca y un año después accedió al Decanato de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de esta institución, donde permaneció dos años.

Desde 1985 presidía la Fundación Cencillo de Pineda en Madrid para el fomento de la Antropología y la Psicología. En 1988 se jubiló y desde entonces continuó impartiendo cursos y conferencias como profesor de Factores Psicológicos de la Sexualidad en INCISEX (1990-1995) y de Psicología de las Religiones en el Master de Ciencias de las Religiones de la Universidad Pontificia de Comillas (1990-96).

El profesor Cencillo realizó contribuciones a la filosofía y a la antropología cultural, en concreto al estudio de los mitos y la historia de las religiones.

Con más de 50 publicaciones, de su primera etapa sobresalen obras como "Tratado de las Realidades", "Dialéctica del Concreto Humano" y "El hombre, Sexo, Comunicación y Símbolo".

Más recientemente había publicado "Cómo no hacer el tonto por la vida" (2000), "La creatividad, arte y tiempo" (2000), "Lo que Freud no llegó a ver" (2002) y "Guía de Perdedores" (2002).

No cabe duda, hemos perdido un sabio ... desconocido.

VETTONIA























En "La Voz de Miróbriga", semanario de mi ciudad natal, se ha publicado el breve artículo que reproducimos a continuación, en el que se exponen opiniones sobre la posible ubicación de Vettonia en las proximidades de Fuenteguinaldo.

La Vettonia oculta

Los vettones, pueblo de ori­gen celta, desde el siglo IV antes de Cristo hasta el siglo I de nues­tra Era, ocuparon y se estable­cieron sobre las tierras de la Meseta Central, habitando espe­cialmente las sierras occidenta­les del Sistema Central, Gredos, Peña de Francia y Gata, exten­diéndose en dirección Norte, hasta los cursos de los ríos Tormes y Duero, por la penillanura que comprenden, entre otras, las tierras del hoy término municipal de Fuenteguinaldo. Al área controlada por este pueblo celta se le deno­minó la Vettonia y sus fronte­ras limitaban con los vacceos y galaicos bracarenses, con los carpetanos, eburones, germanos, célticos y lusitanos.

El Castro de Irueña, situado a 5,5 kilómetros del casco urba­no de Fuenteguinaldo, es en la actualidad un tesoro histórico, al que solo unos pocos tienen acceso. Por una parte la nula accesibilidad del terreno hace que, para llegar, la única manera posible sea acompañado por una persona que sepa la localización exacta del lugar, y, además, una vez en el Castrot también hay que estar acompañado por un experto, ya que, al no estar la zona desbrozada ni preparada, lo único que apreciará el ojo inexperto son unas cuantas piedras diseminadas.

Los vesti­gios que en la actualidad se contemplan, son los de un castro de la Edad de Hierro, que probablemente se convirtió después en una importante ciudad romana. Posiblemente la vida de la ciudad de Irueña se prolongó has­ta finales de la Edad Media, se­gún algunos investigadores, las dimensiones que alcanzó serían muy similares a las de la ciudad de Ávila.