Muere Irena Sendler, la heroína que salvó a 2.500 niños judíos en la II Guerra Mundial
20MINUTOS.ES / EFE. 12.05.2008 - 11:30h
Irena Sendler residía en su casa de Varsovia. (REUTERS/Katarina Stoltz)
Esta polaca era conocida como 'la madre de los niños del Holocausto'.
- Fue propuesta para recibir el Nobel de la Paz.
- Fue condenada a muerte y salvada en el último momento.
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La heroína polaca Irena Sendler, que arriesgó su vida en la Varsovia ocupada de los nazis para salvar de la muerte a 2.500 niños judíos, ha fallecido a los 98 años, según informó la familia.
Sendler fue miembro de la resistencia
Desde hacía varios años Irena Sendler, una de las más grandes heroínas polacas desde la II Guerra Mundial, tenía un delicado estado de salud y apenas salía del asilo de la capital polaca en el que residía.
Durante los años de ocupación alemana, Sendler fue miembro de la resistencia y responsable de rescatar del gueto judío a los niños, que lograba sacar de las formas más impensables y que luego ocultaba en familias católicas y en conventos para evitar su traslado a los campos de concentración.
Sendler, conocida como la madre de los niños del Holocausto (a raíz de un libro titulado así y que narra su vida) fue propuesta por Polonia para recibir el premio Nobel de la Paz en su última edición, que finalmente fue a parar al norteamericano Al Gore.
Identidades en botes de conserva
Durante la ocupación de su país en la Segunda Guerra Mundial, esta enfermera escondía los nombres de los niños y sus nuevas identidades falsas dentro de botes de conserva, que luego enterraba bajo un manzano cercano a su casa y frente a un cuartel nazi.
Irena Sendler fue incluso condenada a muerte cuando se descubrió su trama para salvar a los pequeños, aunque finalmente la resistencia logró rescatarla de manos de la Gestapo mientras era literalmente conducida al patíbulo.
A pesar de su heroicidad, la gesta de Sendler permaneció desconocida bajo el régimen comunista que dominó Polonia durante más de cuarenta años, hasta que unos estudiantes estadounidenses descubrieron al mundo lo que había hecho Irena, en una historia que inmediatamente llamó la atención de Hollywood, donde actualmente se prepara una película sobre la vida de esta mujer.
VANESA SUVALSKI
CORRESPONSAL
VIENA. El mundo ha perdido a uno de sus justos. La vida de Irena Sendler, una mujer polaca que salvó a unos 2.500 niños judíos durante el nazismo, se apagó ayer en Varsovia a los 98 años de edad, a causa de una afección pulmonar. Al conocerse la noticia de su fallecimiento, el presidente de Polonia, Kaczynski, expresó su «enorme agradecimiento» a Sendler por su «valentía extraordinaria». En 1965 fue honrada con el título de «Justo de las Naciones» por parte del Instituto de Estudios del Holocausto Yad Vashem, en Jerusalén. Polonia e Israel la propusieron en 2006 como candidata para el Premio Nobel de la Paz. Sin embargo, a esta humilde mujer no le importaban los honores oficiales. «Cada niño salvado con mi ayuda y con la ayuda de todos los emisarios secretos, que ya no viven, son la justificación de mi existencia sobre esta tierra, y no una reivindicación de gloria», escribió Sendler en una carta al Senado de Polonia, que el año pasado le rindió honores.
Asistenta social
Irena era una asistente social de 29 años cuando la Alemania nazi invadió Polonia en agosto de 1939, dando inicio a la Segunda Guerra Mundial. A iniciativa de Sendler, la organización clandestina «Zegota» logró sacar entre octubre de 1940 y abril de 1943 a miles de menores del gueto de Varsovia. La excusa oficial de los miembros del grupo para entrar allí era inspeccionar las condiciones sanitarias en el gueto durante brotes de tifoidea. Sendler y una veintena de colaboradores sacaban a los bebés y niños pequeños escondidos en ambulancias y tranvías, a veces incluso dentro de paquetes para evadir los controles nazis. Así pudieron salvarlos de la deportación a los campos de exterminio, destino de casi todas las personas recluidas en el gueto, liquidado en abril de 1943.
El grupo clandestino, apoyado por el Gobierno polaco en el exilio, escondió a los niños con papeles falsos en el seno de familias cristianas, en conventos y orfanatos. Eso sí, Irena siempre deseó que sus protegidos conociesen su verdadera identidad. Por eso, ocultó en su casa una lista cifrada con sus nombres reales. Si algo le sucedía a ella, los niños podrían conocer su verdadero origen. En octubre de 1943, la Gestapo, la policía secreta nazi, detuvo a Sendler y la activista fue condenada a muerte. A pesar de sufrir brutales torturas, la mujer jamás delató el trabajo de su organización ni el escondite de los niños. Gente de la resistencia polaca logró sacarla de la cárcel tras sobornar a los guardias alemanes. Irena sobrevivió la guerra escondida con un nombre falso. «La gente sólo puede dividirse en buena o mala. No importan su raza, religión o nacionalidad», le había enseñado Generaciones enteras le estarán por siempre agradecidas.