LA
APOTEOSIS DE LA CREACION
Y el Señor, creó a
la madre.
Un ángel se apareció y le dijo:
- ¿qué estáis
haciendo que tanto entusiasmo le ponéis? El Señor le contestó:
¿has leído
las especificaciones de esta orden?
- ¡Es una mamá! Tiene que ser completamente lavable y
no de plástico,
tener 180 partes movibles y reemplazables, debe poder
trabajar con sólo beber agua y
poder vivir de sobras, tener un asiento en las piernas que al pararse desaparece, debe dar besos
que curan desde una pierna rota hasta un corazón desilusionado y tener seis
pares de manos.
El ángel le dijo:
- ¿seis pares de manos!?
¡imposible!
-
Pero no son las manos las que me
preocupan, dijo el Señor, son los tres pares de ojos que este modelo debe
llevar, un par
que mira a través de las puertas cerradas, un par en la parte de atrás de la
cabeza que adivina cualquier peligro y, por supuesto, un
par en la frente que ve cuándo
el hijo comete
un error, y lo ve y le dice sin hablar: "entiendo y te quiero hijo".
El ángel
tocándole la manga a su Señor le
dijo: -
Señor, vamos a dormir, ya seguirás mañana.
• No, no puedo, dijo el Señor, estoy a punto de crear
a alguien
tan cerca de mí, que debo terminar. Debe ser alguien que se
cure solo, alguien que resuelve todo, que pueda alimentar a una familia de seis
con unos cuantos billetes, que logre meter a un niño de nueve años bajo la regadera y
contarle un cuento capaz de tranquilizarlo. El ángel rodeó
el modelo reservado de la mama y
dijo: - es muy suave y se ve
fuerte.
El Señor le contestó:
- No te puedes
imaginar lo que esta madre puede hacer y tolerar.
- ¿Puede
pensar?
- No solo pensar sino razonar y complementar, dijo el
Señor. - ¿Y esa lágrima en los
ojos, para qué es?
- Es,
dijo el Señor: de gozo, tristeza, decepción, dolor, soledad, orgullo, alegría.
- Señor, dijo el ángel, ¡eres un genio!
Y el Señor, mirando tristemente su modelo, dijo: lo malo
es que nunca tendrá descanso y jamás obtendrá ni la mitad de amor que ha
derrochado por eso: ¡le doy mi bendición muy especial!
Esta es mi creación perfecta.