lunes, 31 de diciembre de 2007

Arturo Pérez Reverte, El corazón de (Dos chicos y una moto)

Arturo Pérez Reverte ha publicado en el XL Semanal del 30 de diciembre de 2007 un artículo titulado "Dos chicos y una moto" y que yo lo subtitularía: "El corazón de Arturo Pérez Reverte"




Es de noche y llueve desde hace unos minutos sobre la sinuosa carretera de Madrid al Escorial. Clap, clap, clap, hacen los limpiaparabrisas mientras conduzco con precaución. Es sábado por la noche, el trafico de subida hacia la sierra es intenso, y las gotas de agua y el asfalto mojado reflejan destellos de faros. Al salir de una curva, los míos iluminan a dos chicos jóvenes montados en una motillo. Van inclinados hacia delante bajo la lluvia, con los cascos puestos y pegados al lado derecho de la carretera, mientras los coches pasan cerca, salpicándolos con turbonadas de agua. Es zona de urbanizaciones, la moto es pequeña, y al dar la luz larga confirmo que los chicos deben de tener diecisiete o dieciocho años y no van equipados para la carretera. Se trata, deduzco, de dos muchachos haciendo un trayecto corto. Seguramente viven en las cercanías y se dirigen a casa de un amigo, o a uno de los multicines o complejos recreativos próximos. El aguacero los sorprendió subiendo el puerto, y avanzan lo mejor que pueden, pegado el que va de paquete a la espalda del compañero, con la resolución insen-sata y valerosa de su extrema juventud. Jugándose literalmente la vida a las diez de la noche, a oscuras en una carretera, bajo la lluvia, para llegar a tiempo a la cita con los compañeros de clase, la pandilla de amigos -palabra mágica- o el par de chicas con las que están citados en la hamburguesería o el cine. Y mientras, disponiéndome a adelantarlos, pongo el intermitente a la izquierda para advertir de su presencia a los coches que vienen detrás de mi, pienso que no me gustaría ser hoy la madre o el padre que vieron salir a esos chicos de casa, oyeron el tubo de escape de la moto alejándose, y ahora escuchan golpear la lluvia en los cristales.

Sin duda me hago viejo, pienso. Demasiado. Por alguna extraña razón, esos dos muchachos en la motillo, tozu-damente inclinados hacia delante bajo la lluvia, me remueven los adentros. Hace demasiado tiempo que dejé atrás líneas de sombra y demás parafernalia moza; pero aún recuerdo lo que puede sentirse a lomos de una moto que avanza trazando curvas en la oscuridad, impulsado, como esa pareja de frágiles jinetes nocturnos, por la amistad, el amor, el deseo de aventura, la irreflexiva osadía de la juventud firme, arriesgada, segura. Y es noche de sábado, nada menos. El tiempo que hay por delante esta preñado de promesas. No hay lluvia, ni carretera negra, ni turbonadas de agua pulverizada al paso de coches indiferentes que enfríe el entusiasmo de dos jóvenes de diecipocos años que cabalgan resueltos a zambullirse expectantes, gozosos, en cuanto los aguarda. En la plena vida. Tal vez, mientras la lluvia azota las vise-ras bajadas de sus cascos y el agua les cazadoras empapa y pantalones, presienten la música que oirán dentro de un rato, oyen la risa leal de los amigos, ven ante si los ojos de muchachas que esta noche los miraran a los ojos para confirmarles que el mundo es un lugar maravilloso. Quizá porque van al encuentro de todo eso los dos chicos siguen adelante sin arredrarse, con su pequeña moto. Son jóvenes, sufridos, valientes. Y se creen eternos. Inmortales.

Mientras paso a su lado, adelantandolos entre turbonadas de lluvia, los miro de soslayo y les deseo suerte. Ojalá, pareja de impávidos pardillos, lleguéis sanos y salvos allí a donde os dirijáis, y el calor de los amigos os seque las ropas mojadas, la piel fría y las manos heladas. Que valga la pena lo que estáis pasando. Que la hamburguesa este en su punto, la cocacola lo bastante fría, las palomitas crujan, la película sea tan buena como os dijeron, la chica sonría como esperáis y se deje besar esta noche por fin, o bien os acometa y bese ella, que tanto monta. Que podáis volver a casa sobre un asfal­to seco y con la gasolina suficiente para que la motillo no os deje tirados, y que los padres que ahora miran angustiados el reloj sientan el inmenso alivio de oir abrirse la puerta de la calle o vuestros pasos en el pasillo al regresar. Que todo eso os pertenezca para siempre, y que esta valerosa determinación, dos mucha­chos solos en la noche subiendo un puerto peligroso, inclinados tenazmente bajo la lluvia, no os abandone nunca en otras carreteras. Amen.

Con tales pensamientos termino de adelantar, pongo el intermitente a la derecha y sigo adelante mientras queda atrás, en el retrovisor, el faro solitario de la pequeña moto. Dos chicos irresponsables, tontos y valientes, me digo perdiéndolos de vista. Ojalá lleguen a donde van. Ojalá lleguen todos. ■

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SEMANAL 30 DE DICIEMBRE DE 2007



miércoles, 26 de diciembre de 2007

Arturo Pérez Reverte y la Educación

Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros. Refraneros casti­cistas analfabetos de la derecha. Demagogos iletrados de la izquierda. Presidente de este Gobierno. Ex presidente del otro. Jefe de la patética oposición. Secretarios generales de partidos nacionales o de partidos auto­nómicos. Ministros y ex ministros —aquí matizaré ministros y ministras— de Educa­ción y Cultura. Consejeros varios. Etcétera. No quiero que acabe el mes sin mentaros —el tuteo es deliberado— a la madre. Y me refiero a la madre de todos cuantos habéis tenido en vuestras manos infames la enseñanza pública en los últimos veinte o treinta años. De cuantos hacéis posible que este autocomplaciente país de mierda sea un país de más mierda todavía. De vosotros, torpes irresponsables, que extirpasteis de las aulas el latín, el griego, la Historia, la Literatura, la Geografía, el análisis inteligen­te, la capacidad de leer y por tanto de com­prender el mundo, ciencias incluidas. De quienes, por incompetencia y desvergüenza, sois culpables de que España figure entre los países más incultos de Europa, nuestros jóvenes carezcan de comprensión lectora, los colegios privados se distanden cada vez más de los públicos en calidad de enseñan za, y los alumnos estén por debajo de la media en todas las materias evaluadas. Pero lo peor no es eso. Lo que me hace hervir la sangre es vuestra arrogante impu­nidad, vuestra ausencia de autocrítica y vuestra cateta contumada. Aquí, como de costumbre, nadie asume la culpa de nada. Hace menos de un mes, al publicarse los desoladores datos del informe Pisa 2006, a los meapilas del Pepe les faltó tiempo para echar la culpa de todo a la Logse de Maravall y Solana —que, es derto, deberían ser ahorcados tras un juicio de Nuremberg cultural-, pasando por alto que durante dos legislaturas, o sea, ocho años de poste­rior gobierno, el amigo Ánsar y sus secua­ces se estuvieron tocando literalmente la flor en materia de Educación, destrozando la enseñanza pública en beneficio de la privada y permitiendo, a cambio de pas­teleo electoral, que cada cacique de pueblo hidera su negocio en diecisiete sistemas educativos distintos, ajenos unos a otros, con efectos devastadores en el País Vasco y Cataluña. Y en cuanto al Pesoe que ahora nos conduce a la Arcadia feliz, ahí están las reacciones ofidales, con una consejera de Educación de la Junta de Andalucía, por ejemplo, que tras veinte años de gobier­no ininterrumpido en su feudo, donde la cultura roza el subdesarroüo, tiene la des­fachatez de cargarle el muerto al «retraso histórico». O una ministra de Educadón, la señora Cabrera, capaz de afirmar impávida que los datos están fuera de contexto, que los alumnos españoles funcionan de mara­villa, que «el sistema educativo español no sólo lo hace bien, sino que lo hace muy bien» y que éste no ha fracasado porque «es capaz de responder a los retos que tiene la sociedad», entre ellos el de que «los jóvenes tienen su propio lenguaje: el chat y el sms». Con dos cojones.

Pero lo mejor ha sido lo tuyo, presidente —recuérdame que te lo comente la próxima vez que vayas a hacerte una foto a la Real Academia Española—. Deslumbrante, lo juro, eso de que «lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres», aunque tampoco estuvo mal lo de «hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento edu­cativo, fruto del país que tenemos». Dicho de otro modo, lumbrera: que después de dos mil años de Hispania grecorromana, de Quintiliano a Miguel Delibes pasando por Cervantes, Quevedo, Galdós, Clarín o Machado, la gente buena, la culta, la pre­parada, la que por fin va a sacar a España del hoyo, vendrá en los próximos años, al fin, gracias a futuros padres felizmente for­mados por tus ministros y ministras, tus Loes, tus educadones para la ciudadanía, tu género y genera, tus pedagogos canta-mañanas, tu falta de autoridad en las aulas, tu igualitarismo escolar en la mediocridad y falta de incentivo al esfuerzo, tus univer­sitarios apáticos y tus alumnos de cuatro suspensos y tira p'alante. Pues la culpa de que ahora la cosa ande chunga, la causa de tanto disparate, descoordinación, con­fusión y agrafía, no la tenéis los políticos culturalmente planos. Niet. La tiene el bajo rendimiento educativo de Ortega y Gasset, Unamuno, Cajal, Menéndez Pidal, Manuel Seco, Julián Marías o Gregorio Salvador, o el de la gente que estudió bajo el franquis­mo: Juan Marsé, Muñoz Molina, Carmen Iglesias, José Manuel Sánchez Ron, Ignacio Bosque, Margarita Salas, Luis Mateo Diez, Alvaro Pombo, Frandsco Rico y algunos otros analfabetos, padres o no, entre los que generacionalmente me incluyo.Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio. Cuánto más peligro tiene un imbécil que un malvado. ■

www.xlsemanal.com/perezreverte

SEMANAL 23 DE DICIEMBRE DE 2007

sábado, 22 de diciembre de 2007

Nuevo blog: Mozart solo Mozart


Hoy he comenzado un nuevo blog: Mozart, solo Mozart. Para entrar en dicho blog se escribe lo siguiente: http://mozartsolomozart.blogspot.com
En el se pretende subir música de Mozart lo cual haremos con paciencia y poco a poco. Hemos comenzado con los conciertos de piano. Ya está en el blog un concierto de piano. Espero que os guste y muchas gracias por vuestras visitas.

jueves, 20 de diciembre de 2007

La primera fotografia corresponde a una calle de Santillana del Mar. La segunda es una vista del campo de la Magdalena, en Santander.

viernes, 14 de diciembre de 2007

La Terraza de las sombrillas amarillas


Este es el edificio de Feygon ante la segunda playa del Sardinero, en el que pasamos el mes de Agosto desde hace muchos años.
Si empezamos a contar desde arriba, el cuarto piso de la izda. segun se mira, es el nuestro.Tiene 6 ventanas: las dos de la izda son las de nuestro dormitorio, las dos siguientes son de otro dormitorio y las dos ultimas son del salón. La cocina que esta en la fachada lateral izda. tambien es exterior. Solo el cuarto de baño es interior.













Aqui tenemos la Terraza de las sombrillas amarillas.
Hace unos años, en el mes de agosto aqui en esta terraza habia unas mesas que tenian sombrillas amarillas. Ello ha echo que nosotros, toda la familia que nos reunimos aqui el mes de agosto de cada año, la hayamos bautizado con el nombre de Terraza de las sombrillas amarillas. Los que no bajamos a la playa nos venimos a esta terraza. Nos autoservimos bebidas y cosas para picar y charlando, haciendo fotos, haciendo video, picando y dando sorbos, vemos a los familiares que estan en la playa y observamos el paseo que discurre delante de nosotros. A las dos de la tarde suben los bañistas y el grupo aumenta. Aproximadamente a las 3 de la tarde nos retiramos a comer a nuestras casas o, segun se tercie, a algun restaurante próximo.

jueves, 13 de diciembre de 2007

sábado, 8 de diciembre de 2007

071208Cowboys de la media noche

Programa emitido en la Cope en la madrugada del dia 8 de diciembre de 2007