sábado, 31 de mayo de 2008

LOS PERROS DE LA BRIGADA LIGERA























Arturo Pérez-Reverte inmortaliza en este artículo a dos perros que participaron en el combate del 25 de Octubre de 1854 con la Brigada Ligera en la guerra de Crimea

Insistir, a estas alturas, en que apre­cio en general más a los perros que a los hombres es una obviedad que no remacharé demasiado. He dicho alguna vez que si la raza humana desapareciera de la faz de la tierra, ésta ganaría mucho en el cambio; mientras que sin perros sería un lugar más oscu­ro e insoportable. Cuestión de lealtad, supongo. Hay quien valora unas cosas y quien valora otras. Por mi parte, creo que la lealtad incondicional, a prueba de todo, es una de las pocas cosas que no pueden comprarse con retórica ni dinero. Tal vez por eso, la lealtad, en hombres o en ani­males, siempre me humedece un poquito las gafas de sol.
Todo esto viene a cuento porque acabo de darle un repaso a El Valle de la Muer­te, un ensayo de Terry Brighton sobre la carga de la Brigada Ligera durante la guerra de Crimea. Aquello, más conocido por la carga entre los que están en el ajo, es asunto que algunos frikis de la materia -los periodistas Jacinto Antón y Wüly Altares, mi compadre Javier Marías, yo mismo y algún otro— cultivamos, desde hace muchísimos años, como materia de reflexión y tertulia, sobre todo a la hora de comparar la leal actuación de los lan­ceros, dragones y húsares ingleses aquel 25 de octubre de 1854, dejándose el pelle­jo bajo la artillería rusa, con la criminal incompetencia de los mandos británicos que ordenaron el ataque, notorio entre las grandes imbecilidades militares de la Historia.

La historia es conocida: cinco regimien­tos de caballería británicos cargaron de frente contra una batería rusa, a través de un valle de kilómetro y medio de largo, batido a la ida y a la vuelta por fusileros y artillería. De seiscientos sesenta y seis hombres volvieron a sus líneas heridos o ilesos, muchos a pie y todos bajo fuego enemigo, trescientos noventa y cinco. Hasta la suerte de sus caballos se conoce: de los pobres animales que montaron los ingleses, galopando entre el estallido de las granadas o sueltos luego por el valle enloquecidos y sin jinete, murieron tres­cientos setenta y cinco. Ni siquiera los famosos versos de Tennyson, que varias generaciones de escolares aprendieron de memoria -«Media legua, media legua / media legua más allá...»—, pueden embellecer el asunto. Fue una carnicería en el más exacto sentido de la palabra.

Pero de lo que quiero hablar hoy es de perros. Porque lo que pocos saben es que, ese día, dos perros cargaron también contra los cañones rusos. Se llamaban Jemmy y Boxer, y eran, respectivamente, las mascotas del 110 y del 80 regimientos de húsares. Los dos canes habían acom­pañado a sus amos desde sus cuarteles de Inglaterra, y estaban en el campamento británico cuando se ordenó a la Brigada Ligera formar para la carga. Así que, como tantas otras veces en desfiles y manio­bras, los dos fieles animales acudieron a colocarse junto a las patas de los caballos de los oficiales, dispuestos a marchar al mismo paso, sin obedecer las voces de los soldados que les ordenaban apartarse de allí. Después sonó la corneta, empezó la marcha al paso, luego al trote, y cuan­do, bajo intenso fuego de artillería, se pasó al galope y sonó el toque de carga, con las granadas reventando, hombres cayendo por todas partes, estruendo de bombazos y caballos destripados o sin jinete, Jemmy y Boxer siguieron corrien­do imperturbables, junto a sus amos, en línea recta hacia los cañones rusos.

Parecerá increíble para quien no conoz­ca a los perros. Esos chuchos cruzaron todo el valle de Balaclava entre un diluvio de fuego -«Hasta las fauces negras de la Muerte, / hasta la boca misma del Infier­no»— y permanecieron junto a los húsa­res, o lo que quedaba de ellos, mientras éstos acuchillaban a los artilleros enemi­gos y morían entre los cañones. Después regresaron despacio, al paso de los caba­llos maltrechos que traían a los supervi­vientes, junto a hombres desmontados o heridos que caminaban y caían exhaustos, entre el tiroteo ruso y los disparos de quienes remataban a sus caballos mori­bundos ante de seguir a pie. Tres largos kilómetros de ida y vuelta. Jemmy y Boxer hicieron la carga junto a los primeros caballos de la brigada y regresaron a las líneas inglesas con el primer hombre montado de sus respectivos regimientos que volvió a éstas: Ileso Boxer, sin un ras­guño; herido Jemmy por una esquirla de metralla en el cuello. Y ambos, acabada la campaña, regresaron a Inglaterra y murie­ron viejos, honrados y veteranos, en su cuartel.

Ni Tennyson ni poeta alguno hablaron nunca de ellos, ni en el poema famoso ni en ningún otro maldito verso. Por eso he contado hoy su historia. Para decirles que por el Valle de la Muerte, cargando contra los cañones con la Brigada Ligera, también corrieron dos buenos perros valientes.


XLSEMANAL 1 DE JUNIO PE 2008




ELSEMANAL 1 DE JUNIO PE 2008


viernes, 30 de mayo de 2008

MINGOTE



Cada chiste de Mingote es un libro. El que aqui traemos lo demuestra.

jueves, 29 de mayo de 2008

PREMIO PRINCIPE DE ASTURIAS DE COOPERACION





La Fundacion Premios Príncipe de Asturias ha concedido el Premio de Cooperacion a 4 ONG que luchan contra la malaria en Africa.






Premio Príncipe de Asturias

a la Cooperaciónpara cuatro

ONG que luchan contra la

malaria en África

Es la segunda vez que la fundación premia la lucha contra esa enfermedad. 26 candidaturas de13 países optaban al galardón.

La lucha contra la malaria, Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional

VNews (Oviedo)

Enlaces recomendados

· La lucha contra la malaria, Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional

Cuatro organizaciones que lideran la lucha contra la malaria en África el Ifakara Health Research and Development Centre (Tanzania), el Malaria Research and Training Centre (Mali), Kel intampo Health Research Centre (Ghana) y el Centro de Investigación en Salud de Manhiça (Mozambique)- han obtenido este miércoles el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2008.

Al galardón optaban 26 candidaturas procedentes de 13 países, y a las últimas rondas de votaciones del jurado, presidido por el jurista Antonio Garrigues Walker, llegaron también las propuestas de la Corte Penal Internacional e Intermón Oxfam.

En la ceremonia Garrigues Walker recordó que la enfermedad amenaza a un 40% de la población mundial y que mata a "un niño menor de cinco años cada 30 segundos". Explicó que el jurado valoró la implicación de los premiados en la búsqueda de una vacuna así como su labor a favor de la formación del personal local.

Anteriormente, recordó la figura de Leopoldo Calvo Sotelo, el difunto presidente del Gobierno que fue miembro del jurado del premio.

Patarroyo

La lucha contra la malaria ya fue distinguida en 1994 con la concesión del galardón de Investigación Científica y Técnica al colombiano Manuel Elkin Patarroyo.

Patarroyo, autor de la primera vacuna sintética contra la malaria cuya patente cedió a la Organización Mundial de la Salud, recibió el premio por "la originalidad, el rigor y la perseverancia" de su trabajo que se consideraba "un modelo ejemplar para otros esfuerzos en la síntesis de vacunas frente a variadas epidemias".


Un español presenta una vacuna

contra la malaria que prueba

su eficacia en bebés de pocas semanas



En el ensayo han participado 214 recién nacidos de entre 10 y 18 semanas que han respondido satisfactoriamente

Una vacuna contra la malaria salvará a miles de bebés

Efe (Barcelona)

Un ensayo clínico dirigido por el investigador español Pedro Alonso en Mozambique ha demostrado por primera vez la eficacia de una vacuna contra la malaria en bebés de pocas semanas de vida.

El estudio, que se ha presentado este martes en una multitudinaria rueda de prensa en el Hospital Clínico de Barcelona, marca "un hito en la lucha contra la malaria", según ha dicho Pedro Alonso en videoconferencia desde Seattle (Estados Unidos), donde ha dado a conocer simultáneamente los resultados del trabajo.

El ensayo, publicado en la revista The Lancet, se ha llevado a cabo en la provincia mozambiqueña de Manhiça, situada en el sur del país, y en él han participado 214 bebés de entre 10 y 18 semanas, que han respondido satisfactoriamente a la administración de la vacuna, desarrollada por la farmacéutica belga GlaxoSmithKline.

El doctor John Aponte, primer firmante del estudio, ha explicado que, tras medio año de seguimiento de la evolución de los bebés, la vacuna ha demostrado ser eficaz, al reducir en un 65% las nuevas infecciones de niños, después de tres meses de haber recibido un tratamiento consistente en tres dosis.

Hito

"Es la primera vez que se muestra la eficacia protectora contra infecciones de malaria en niños tan pequeños", ha señalado Aponte, que ha recordado que esta enfermedad parasitaria, que se transmite por picaduras de mosquito, causa más de un millón de muertes al año en todo el mundo, principalmente en el África subsahariana.

La eficacia observada en este grupo de población es coherente con lo observado en un estudio en niños de Mozambique de uno a cuatro años, donde las nuevas infecciones se redujeron en un 45%, según datos publicados en 2004.

Aponte ha subrayado que el objetivo prioritario de este ensayo de Fase II ha sido valorar si la vacuna, denominada RST,S/ASO2D, podía ser administrada con seguridad en bebés, el grupo de edad más vulnerable ante las complicaciones graves y de muerte por infección del parásito "Plasmodium falciparum".

Estos resultados esperanzadores allanan el camino para la elaboración de un estudio en Fase III, que empezaría en la segunda mitad de 2008.

"Un ensayo de Fase III exitoso -ha indicado Aponte- podría significar que la vacuna se presentaría a las autoridades competentes en 2011".

Enlaces recomendados

· Una vacuna contra la malaria salvará a miles de bebés

· Un pez puede ayudar a combatir la malaria, según los expertos

· La mutación de un gen en poblaciones subsaharianas las protege de morir por la malaria

· Los Gates ven una oportunidad "histórica" para acabar con la malaria

Financiado por los Gates

El estudio dirigido por Pedro Alonso ha sido realizado en el Centro de Investigación en Salud de Manhiça por científicos del Hospital Clínico, de la Universidad de Barcelona y del Ministerio de Salud de Mozambique, y ha sido financiado gracias a una donación económica de la Fundación Bill y Melinda Gates.

"Estos resultados son un paso enorme adelante en el desarrollo de nuevas herramientas de control de la malaria", ha señalado Alonso, que ha lamentado que durante años no se hayan dedicado los recursos humanos y económicos suficientes a la lucha contra esta letal enfermedad, que "afecta a los pobres y los mantiene en la pobreza".

Es por ello que el desarrollo de esta vacuna, fruto de la colaboración de países, instituciones y entidades públicas y privadas, debe convertirse en "un paradigma de lo que tiene que ser la cooperación internacional de vanguardia para luchar contra algunos retos de la salud mundial", según el investigador español.

En este sentido, la secretaria de Estado de Cooperación del Ministerio de Asuntos Exteriores, Leire Pajín, que ha acompañado a Alonso a Seattle, ha destacado la importancia de "sumar esfuerzos" para obtener resultados satisfactorios como estos.

"Hoy es un día muy importante para la ciencia, la medicina y la investigación, pero sobre todo en el combate contra la pobreza", ha indicado Pajín.



Dr. Pedro Alonso Fernández

El Dr. Pedro L. Alonso es actualmente el Director del Centro de Investigación en Salud Internacional de Barcelona, Jefe del Servicio de Medicina Tropical y Salud Internacional del Hospital Clínic de Barcelona y Profesor de la Universidad de Barcelona. Además es el Director Científico del Centro de Investigación en salud de Manhiça en Mozambique. Se formó como médico en la Universidad Autónoma de Madrid, siguiendo cursos de postgrado en Epidemiología y Salud Pública en Londres. Es especialista en Salud Pública y Doctor en Medicina y Cirugía.

Su actividad profesional durante los últimos 20 años ha estado centrada en los grandes problemas de salud de los países en vías de desarrollo y especialmente del África sub sahariana. Ha trabajado en Gambia, Tanzania y Mozambique. Desde 1996 impulsó la creación y dirige el Centro de Investigación en Salud de Manhiça (CISM) (Mozambique). El énfasis es la investigación en enfermedades relacionadas con la pobreza y la formación del capital humano en los países de baja renta. La malaria y especialmente el desarrollo y evaluación de nuevas estrategias de control de esta enfermedad constituye el foco de su investigación.

Es miembro del Consejo Asesor del Ministerio de Sanidad y Consumo, consultor habitual de la OMS, UE y otros organismos nacionales e internacionales y es autor de más de 150 artículos de investigación. Actualmente preside el grupo de expertos en vacunas de malaria de la Organización Mundial de la Salud. Ha recibido numerosos premios Nacionales e Internacionales, incluyendo el Premio Balmis, el Joan Oro, el Ciutat de Barcelona, la medalla de Oro de la Cruz Roja y la Gran Cruz de la Orden Civil de Sanidad.

Fundación inscrita en el Protectorado de Fundaciones Docentes del Ministerio de Educación y Ciencia bajo el número 316 - Web validada en XHTML y CSS.


domingo, 25 de mayo de 2008

EUSKERA




Don Francisco Rodríguez Adrados publicó en la Tercera de ABC del día 16 de Mayo de 2008, el artículo sobre el euskera que exponemos a continuación:

El euskera,

ahora toca

... Sr. Ibarreche, deje vivir a la gente. Y contra el euskera nada tenemos, al contrario. Déjelo para sus hablantes. Imponerlo forzadamente a los demás, ignorando los hechos, no es de recibo. Con esa política pierden todos. Dejen los mitos y la intolerancia. Y el Gobierno español debe cumplir su papel propio...

En esa especie de turno de acoso a la len­gua española, los políticos vascos aprie­tan ahora los tornillos del euskera (o vasco, palabra indoeuropea, «los de las altu­ras»). Parece que les toca. Legislación imposi­tiva, obligatoriedades en la enseñanza, confu­sión, presiones a los padres, propaganda. «Cuotas». Todo para expulsar al español de la enseñanza y de la administración, de todo.

Desgraciados sus hablantes, que allí lo son todos. Y es su lengua de cultura, la segun­da lengua internacional del mundo, la que permite entenderse entre sí a todos. Los go­biernos de España miran a otro lado. El artí­culo 3 de la Constitución (obligación de cono­cer el castellano y derecho a usarlo), queda puenteado.

El Sr. Ibarreche, que no ganó las eleccio­nes (nunca los nacionalistas las ganaron en ninguna parte) y es el héroe de una autodeter­minación ilegal, lanza leyes educativas que imponen, casi, la enseñanza en euskera. El que no la quiera, que se vaya a los «centros es­peciales» (casi dan ganas). Todos, a someter­se a imposiciones y cuotas. Y a sufrir un gran dolor de cabeza. Eso leo.

Nos gustaría saber cuál es la razón de esas i.\l imposiciones. ¿Motivos históricos? ¿Ne­cesidades sociales? ¿Utilidad para la comu­nicación? ¿Exigencia del pueblo? Yo diría que no.

Normalmente se echa mano de la historia: se trata de la lengua del pueblo vasco, símbolo de su soberanía, de poner fin a la supuesta opresión. Veamos.

El euskera nos es presentado con un halo de Antigüedad que, según algunos, llegaba a Adán y Eva, Hugo Schuhardt la rebajaba a los iberos. Pues tampoco, nadie lo cree ya. Pero es parte del mito de los independentistas des­de en torno al 1900.

Los lingüistas somos hoy más pragmáti­cos. Lean a Caro, a Michelena, a Tovar, a Vi­llar, a otros más, incluso yo he escrito sobre es­to. El euskera es, sí, una lengua no indoeuro­pea, pero no hay datos seguros de parentesco con otras lenguas ni de su exacta antigüedad.

Sin duda es una lengua de inmigrantes se-minómadas, semi-agricultores que vinieron del Este, de la llanura rusa o el Cáucaso o más allá en oleadas sucesivas desde en quinto mi­lenio a. C: como los indoeuropeos y los fi-nougrios (de donde el finés y el húngaro). To­dos, sus antepasados y los de nosotros los in­doeuropeos, más o menos iguales en cultura y antigüedad. Más tarde llegaron desde Asia pueblos-como los hunos, después los altaicos (de donde los búlgaros no indoeuropeos y el turco), luego los tártaros y otros.

Asia es una vasta matriz de pueblos, des­de ella fue poblada Europa en las fechas indi­cadas, de los anteriores europeos nada tenemos sino sus huesos. Nada de sus lenguas.

Los vascos son captables por nosotros, his­tóricamente, por fuentes griegas y romanas desde en torno al cambio deera (Estrabón, Pli-nio), en la región de Hispania que sabemos. Pero apenas existen topónimos euskéricos en esa zona, casi todos son indoeuropeos, celtas, ibéricos o latinos. Hay estudios recientes. A juzgar por topónimos y antropónimos anti­guos, los vascos llegaron primero a Aquita-nia, donde los celtas, hacia el 800 o el 500 a. C, los arrinconaron junto al mar. Sólo luego, co­mo tantos pueblos, bajaron hacia el Sur.

Seguramente hacia el siglo I antes de Cris­to llegaron a su ángulo de Hispania, algo se ex­pandieron luego en la Edad Media. Esto es lo que creen hoy los más de los lingüistas. Y los genetistas nos dicen que sus genes no difie­ren sustancialmente de los de sus vecinos.

Esto es lo que puede suponerse sobre los vas-J-Jcos en el S.O. de las Galias y su región de España: eran un pueblo y una lengua llega­dos del Este junto con tantos otros pueblos, ro­deados aquí por indoeuropeos varios, celtas y romanos. No mitifiquemos. El origen y la his­toria del euskera son, en Europa, paralelos a los de tantas lenguas, las indoeuropeas entre ellas. Lo más original es que sobrevivieron dentro de ese entorno. Trajano prefirió dejar­les tranquilos, estaban a trasmano, se fue a los dacios y los nabateos. Y ellos se defendie­ron de los godos.

Eso sí, absorbían palabras del celta, del la­tín (y el Cristianismo), luego del castellano. Para decir «paz», «chistu», «cerro», «pozó», «pecado», «seda», «cardar», «yunque», «cruz», «cuerpo», «tiempo», «cielo» tuvieron que acudir al latín; para «independencia», «aeropuerto», al castellano.

No es un desdoro. Era un pueblo iliterato en cuya lengua influían las lenguas de cultu­ra vecinas.

Del euskera sabemos palabras sueltas des­de el siglo X, algunas desde antes, en inscrip­ciones latinas tardías. Y nombres de lugar y de persona, rarísimos en Hispania. Textos es­critos no los hay hasta él siglo XVI y pocos: traducciones del latín, refranes, sentencias, literatura popular.

Era una suma de dialectos para uso inter­no, oral, campesino y marinero. Todos o casi todos, a partir de un momento, hablaban (y es­cribían) en español y francés, lenguas cultas y escritas desde la Edad Media, el siglo XI, al menos.

Y nunca fueron los vascos una nación en sentido político: eran tribus que nunca llega­ron a constituir un reino, se integraron en el de Castilla. Al lado de los castellanos luchó en las Navas de Tolosa, en 1212, el señor de Viz­caya, López de Haro. Como subditos de Carlos Y de Felipe II y los demás, fueron los vascos a América. Hicieron grandes hazañas como navegantes y conquistadores. ¿Quién no ha oído de Elcano, de Legazpi, de Urdaneta, de los de­más? Eran admirables. Igual el Obispo Zumá-rraga de México y los que dejaron espléndida descendencia en toda América.

¿Y la lengua? El castellano era la de todos. El vasco (o euskera o euscaldún o vizcaíno...), dividido en dialectos, era algo local y fami­liar. Zumárraga añadía a sus cartas latinas unas frases en vasco. Era y ha seguido siendo una lengua, oral sobre todo, campesina y ma­rinera. Nadie se oponía a que la hablaran los que la habían mamado y los que quisieran, pe­ro la lengua de cultura y relación amplia era el castellano.

Esto ha sido el vasco, hasta ayer, como quien dice. Y una nación vasca en sentido polí­tico con una lengua culta, escrita, lengua de todos, nunca ha existido. Trabajosamente ahora han hecho una lengua unificada y tra­tan de convertirla en lengua general de comu­nicación y de imponerla como sea. Que no pre­senten esa política como la reconstrucción de un pasado.

No están recreando nada. Están, miméticamente, inventando, imponiendo algo. Y aque­lla lengua a la que quieren arrinconar es su lengua de comunicación y de cultura, la de su historia y sociedad. Aislan al País Vasco, lo dejan, si es que pueden, prácticamente, en un vacío. Imponen lo minoritario, arrinconan lo verdaderamente vivo.

Pequeñas minorías politizadas, incultas, interesadas, se han apoderado del campo y a una lengua entrañable, que los políticos apenas conocían, la convierten en un arma. Y el caso es que no vale ni como lengua gene­ral ni para comunicarse con el mundo. Por muchos tesoros científicos que guarde para los lingüistas.

Tratan de expulsar al español, una lengua útil para todos. De convertir una región prós­pera en un aislado fondo de saco. De hacer difí­cil la cultura y la vida. Atormentan al niño con una lengua que difícilmente aprenderá, ni le interesa las más veces, y que le ocupa el espacio mental que necesita para otras cosas.

En fin, un mito impuesto trae una inquisi­ción: los grandes vascos de otro tiempo no son ya ni mencionados. Ni los grandes vas­cos modernos que escribían, ¡cómo no!, en es­pañol. Unamuno, Baroja, Julio Caro, un lar­guísimo etc.,

Sr. Ibarreche, deje vivir a la gente. Y contra el euskera nada tenemos, al contrario. Déjelo para sus hablantes. Imponerlo forzadamente a los demás, ignorando los hechos, no es de re­cibo. Con esa política pierden todos. Dejen los mitos y la intolerancia. Y el Gobierno español debe cumplir su papel propio.



Francisco Rodríguez Adrados

de las Reales Academias Española y de la Historia

jueves, 22 de mayo de 2008

ANNE PERRY




Esta escritora de novelas policiacas tiene su mérito.

Anne Perry: se ha escrito un crimen.

Un homicidio por amor en su adolescencia la llevó a la cárcel. Pero rehízo su vida y se ha convertido en uno de los nombres más populares del best-seller, como su última novela «Las trincheras del odio»

POR MANUEL DE LA FUENTE

FOTO FRANCISCO SECO

Quién sabe si tras su clásico traje | de chaqueta, su broche de oro en

la solapa y sus pendientes de per­las deuna señora inglesa de toda la vida se esconde alguien capaz de servirnos una o dos tazas de arsénico, más o me­nos por compasión. Pero sí cabe decir (sobre todo, lo dijo un juez neozelandés hace años, muchos años), que Anne Pe­rry, su nombre de escritora, puede ser una pista falsa. Porque hace años, mu­chos años, fue Juliet Hulme, y con sus finas manos de adolescente cometió un crimen, compinchada con su novia de entonces, un amor loco, ciego, literario, excesivo, martirizado, regado por dis­tinta farmacopea (Perry estuvo más de una vez a las puertas de la muerte), y servido en bandeja de plata cinemato­gráfica por Peter Jackson en una pelícu­la sobrecogedora llamada «Criaturas celestiales», en la que Kate Winslet era Juliet Hulme. Perry nunca quiso ver el filme (casi mejor, pone los pelos de pun­ta) y recuerda aquel suceso que le llevó a prisión varios años como «las trage­dias y errores de mi infancia». ¿Un cri­men por amor es menos crimen? «He de­dicado mucho tiempo a reflexionar so­bre ello, y sólo puedo apuntar que no es lo mismo estar enamorado de alguien que amar a alguien», resume Perry.

Rehízo su vida y se ha convertido en una de las autoras de best-seller más po­pulares del planeta. Primero con sus sa­gas victorianas de los detectives Pitt y Monk («la época victoriana es lo sufi­cientemente cercana para que compren­damos sus creencias y comportamien­tos, y al mismo tiempo lo suficientemente lejana para que nos fijemos en su gla-mour, los trajes, la luz de gas... pero la parte oscura de esa época era verdadera y terriblemente oscura...») antes de aco­meter una nueva aventura literaria cen­trada en la I Guerra Mudial («en Inglate­rra se la conoce como la guerra de los poetas y fue cuando perdimos la inocen­cia y murió todo idealismo» de la que acaba de publicar «Las trincheras del odio» (Edi6iones B).

Hace años, mucho años, Anne Perry vio la cara del Mal muy de cerca, tan de cerca que el diablo pasó algún tiempo de okupa en su alma. Finalmente lo exorcizó con el trabajo, el sacrificio y su pertenen­cia a la Iglesia de Cristo de los Santos del los Últimos Días, a la que pertenece: «La fe es la mejor herramienta que tenemos contra el Diablo», afirma la escritora, po­niendo el dedo en la llaga de las tinieblas.

Parece una señora inglesa de toda la vida. Y lo es. Pero si alguna noche an­dan ustede cerca del Támesis y la niebla londinense comienza a espesarse y oyen pasos... avisen a Scotland Yard y quítense de en medio. Una escritora an­da suelta. Elemental, querida Perry.