Despues de muchos diastraemos de nuevo las Crónicas de Pekin, de la periodista Ana Fuentes
Sonrisa olímpica
No sólo ser altas, delgadas y de pierna larga - las tres obsesiones, por cierto, de la mujer china-, sino poder sonreír durante mucho tiempo. Ese fue hace un año el criterio definitivo del Comité Organizador de los Juegos en Pekín para contratar a las azafatas olímpicas que entregarán las medallas. Al final, 337 muchachas consiguieron el puesto. Como las novias de antaño, convencidas de que el día-D, la ceremonia de apertura, será el día más feliz de sus vidas. Y para eso se prepararon hasta el pasado sábado.
22 de Julio de 2008 | Ana Fuentes
Todoterreno
Cuando hace negocios con extranjeros, Zhu Hai Peng se presenta como Andy. Este pekinés de 40 años tiene una novia de toda la vida, gafas negras de pasta y dos empresas de publicidad que ha montado con un socio. Nunca encuentra un segundo para leer, tomar cervezas o aburrirse. "Hay mucho que hacer", dice siempre, y acto seguido le suena el móvil.
18 de Julio de 2008 | Ana Fuentes
Nosotros
Una de la tarde de un miércoles en la Universidad del Pueblo de Pekín, al este de la ciudad. Dentro de la Facultad de Periodismo, todo está preparado para que empiece la emisión de Nosotros (Wômén), uno de los debates de la cadena china CCTV-1. El plató semicircular está en la planta baja, separado de las aulas. Varios estudiantes asoman la cabeza mientras dos productoras colocan al público rezagado. Guan Li Fen, la presentadora estrella, ya está maquillada. Se cierran las puertas. Faltan diez minutos.
16 de Julio de 2008 | Ana Fuentes
Casas con volante
Los taxis en Pekín huelen mal por dentro. Lo dice la gente y lo sabe el Gobierno chino, que lleva un año tratando de inculcar a sus 67.000 dueños un decálogo de higiene personal. La idea es que durante los Juegos Olímpicos ningún taxista lance media vida ensalivada por la ventanilla ni fume mientras conduzca. La Oficina Municipal de Transporte elaboró entonces un catálogo que también les exigía, entre otras cosas, cepillarse los dientes después de comer ajo y vigilar el lustre de sus zapatos. Si no cumplían, se les retiraría la licencia.
08 de Julio de 2008 | Ana Fuentes
Pekín 08, falta un mes
Quiero invitarla a cenar a mi casa, pero nunca tiene tiempo. Liu Yang, profesora de mandarín de 28 años, lleva una semana metiendo sus libros en cajas y haciendo maletas para la mudanza. Su casero ha subido el alquiler de 1.700 a 2.200 yuanes al mes, "porque todos los precios han aumentado antes de los Juegos Olímpicos", le ha dicho. Ella se ha negado a pagar y ha buscado un piso nuevo todavía más lejos de la escuela en la que trabaja. Con el cambio gana algunos yuanes, aunque pasará tres horas al día en el metro.
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