martes, 10 de junio de 2008

¡QUÉ BELLO ES VIVIR!




El ABC publicó ayer una nota necrológica referente al fallecimiento de Bob Anderson.
Bob Anderson fue un actor que cuando era un niño represento a James Stewar cuando tenia esa edad, en la película ¡Qué bello es vivir!.

NECROLÓGICA

BOB ANDERSON - Actor

Memoria de «¡Qué bello es vivir!»

Su desaparición supone un renovado tributo a la nostalgia, ya que la película con la que fue internacionalmente conocido sigue siendo un clásico del cine navideño

El actor Bob Anderson, quien contando sólo doce años dio vida al personaje de George Bailey en la emblemática película «¡Qué bello es vivir!», falleció el pasado viernes a los 75 años a causa de un cáncer de piel en su domicilio de Palm Springs, en California. Anderson se crió en Hollywood en el seno de una familia dedicada al ci­ne. Su padre fue ayudante de dirección y posteriormente di­rector de producción.

En 1940 participó junto a Shirley Temple en «Jóvenes»; cinco años más tarde interpre­tó «Un árbol crece en Brooklyn».El recuerdo de algunas de las escenas de «¡Qué bello es vi­vir»! ha sido llevado a la panta­lla muchos años después. Por ejemplo, cuando Bob Ander­son dirigió uno de los guiones de «Milagro en la terraza ver­de», un episodio de la serie Los Simpson, emitido en Esta­dos Undios el 21 de diciembre de 1997, en el que se hacía un guiño a la escena en la que el padre les dice a sus hijos que dejen de tocar el piano.

Tras interpretar su memora­ble papel, junto a H.B. Warner, la trayectoria profesional de Bob Anderson fue más bien discreta. En la década de los cincuenta y hasta 1990 se dedi­có a la industria del cine. Tra­bajó como segundo ayudante de dirección y como gerente de producción de diversas pelí­culas y programas de televi­sión.

Bob Anderson se alistó en la Marina durante la guerra de Corea y cubrió el conflicto béli­co como fotógrafo en un portaa­viones. Las tropas de Estados Unidos sufrieron más de 44.000 muertes.

Su desaparición supone un renovado tributo a la nostal­gia, ya que la película con la que fue internacionalmente co­nocido sigue siendo un clásico del cine navideño.

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