miércoles, 7 de mayo de 2008

CRAIG VENTER: CREAR VIDA



Santiago Grisolía, bioquímico, escribe en la Tercera de ABC de hoy, un artículo con el titulo de esta entrada, relacionado con el famoso biólogo molecular Craig Venter que durante los días 5, 6 y 7 de mayo ha impartido sendas conferencias en el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, de Valencia. Es de agradecer que tan importante biólogo venga a pasar unos días a España para compartir sus ideas revolucionarias con científicos y estudiantes que deseen aprender aspectos fascinantes y novedosos de la genética.


CRAIG VENTER: CREAR VIDA

AUNQUE frecuentemente aparece su nom­bre en la prensa científica, quizás el lector pueda preguntarse quién es Craig Venter y que importancia tiene su trabajo. Ya hace unos años, Bill Clinton, entonces Presidente de los Esta­dos Unidos, quiso aparecer con él en la portada de la revista Time; y, de nuevo, que se anunciase en 2003, desde la Casa Blanca y con gran fanfarria, que se conocía la secuencia del genoma humano. Incluso Tony Blair participó en dicho anuncio por video conferencia.

El profesor Venter, gran aficionado al mar, pa­só dos años sirviendo en la marina americana en Vietnam, tras lo cual estudió Bioquímica y se doc­toró en Fisiología y Farmacología en California. Hombre de gran sentido del humor, decía que su pa­pel principal era servir el café durante las reunio­nes. Después de unos años como profesor asocia­do en la Universidad de Búfalo y el Roswell Park Cáncer Institute, se trasladó a los Institutos Ame­ricanos de la Salud, en Bethesda.

A consecuencia de la primera reunión interna­cional que sobre el genoma humano se organizó en Valencia en el 88, mi amigo Cook-Degan, cons­ciente de que era una de las jóvenes promesas en genética, me habló de él, y por eso fui a buscarle a Bethesda.

Así pues, cuando en 1991 se celebró la segunda reunión sobre el Proyecto Genoma Humano, dedi­cada a la Ética y patrocinada por la Fundación BBV, lo invitamos a que asistiera. He de reconocer que esta segunda reunión en Valencia causó dos hechos trascendentes: promovió el interés de la en­tonces recién creada Fundación en la genética y las consecuencias de sus descubrimientos; y sir­vió para el lanzamiento del joven y, por entonces poco conocido á nivel internacional J. Craig Ven-ter. En dicho simposio participaron, entre otras personalidades de las pocas interesadas entonces en el Proyecto Genoma Humano, Victor Mckusick, James Watson y Walter Gilbert. McKusick ha sido recientemente galardonado con el Premio Japón y está considerado el padre de la medicina génica. Walter Gilbert, Premio Nobel, contribuyó a descubrir cómo se sintetizan las proteínas a par­tir de grupos de tres bases del ARN, y fue el prime­ro en postular que los orígenes de la vida fueron de­bidos a la aparición de cadenas de ARN. El impulsi­vo James Watson, famosísimo por su trabajo sobre la estructura de la doble hélice del ADN, no necesi­ta comentario; así que recordaré que aquélla fue su única visita a España, y que se entrevistó con el Rey, como he comentado en otra ocasión reciente­mente.

La redacción de las conclusiones de esta segun­da reunión sobre el Genoma Humano se le en­comendó a Craig Venter, y fue él quien las consen­suó trabajando hasta la madrugada, para que se presentaran en la clausura de la reunión, presidi­da por la Reina Doña Sofía. Ya advertimos enton­ces, y nos impresionaron a todos su capacidad de trabajo, su imaginación y su pasión por el mar. Re-cuerdoque Venter me propuso que a esta reunión en Valencia ¡viniese todo el mundo en barco!

La tercera reunión sobre el Genoma Humano, celebrada en Bilbao en el 93 y también patrocina­da por la Fundación BBV, contó con la presencia de Venter, al que invité a participar como miem­bro de su Patronato, como recuerda él mismo en su libro «Life Decoded. My Genome: My Life». Por entonces Venter ya empezaba a destacar por sus estudios del genoma viral. En aquella reunión co­noció a Hamilton Smith, Premio Nobel por el des­cubrimiento de los enzimas de restricción, la he­rramienta que ha permitido dividir la larga molé­cula de ADN en fragmentos que así se pudieron analizar. Durante una cena Venter convenció al doctor Smith de las posibilidades comerciales de los descubrimientos del Genoma Humano, a las que nadie habíamos hecho mucho caso. Ya había problemas sobre su proyecto de generar patentes antes de que lograra la primera secuencia comple­ta del genoma humano. Por todo ello, no es de ex­trañar que Craig Venter nos hablara, en dicha re­unión en Bilbao, sobre «La rentabilidad de paten­tar los descubrimiento genéticos». Venter fue tan convincente que el Premio Nobel Smith dejó su Cá­tedra en la Universidad Johns Hopkins y se fue a trabajar con el joven Venter al Instituto de Cien­cias Genómicas que éste había creado en el 92 y, co­mo es sabido, desde entonces siguen trabajando juntos.

Apenas cinco años después de la reunión de Bil­bao, se creó Celera con el objeto de realizar el primer mapa completo del genoma humano, pro­yecto en que naturalmente participó Hamilton Smith.

La fama de Craig Venter se extendió por su desarrollo de tecnologías importantísimas para se-cuenciar rápidamente el genoma, como la llama­da identificación de secuencias dianas (EST). Muy simpático y claramente «inconformista», no se lleva bien con otros científicos, incluyendo al también iconoclasta James Watson, quien dijo que lo que Venter hacía con dicha técnica «lo po­día hacer un mono». Venter no lo ha olvidado. Su creatividad, diligencia y originalidad en la se-cuenciación, le llevaron a publicar en el año 2003 en la revista Science la secuencia del genoma hu­mano.

Con los años, Craig Venter abandonó Celera y ha creado el Instituto Craig Venter, y se ha dedica­do a recorrer los mares en su yate Sorcerer II, ana­lizando genomas de bacterias con el objetivo de conseguir nuevos recursos, especialmente energé­ticos.

Venter acaba de anunciar el éxito de un proyec­to en el que lleva trabajando varios años, la sínte­sis del genoma de un ser vivo, el de la bacteria Mycoplasma laboratorium, es decir, el primer pa­so para crear vida en el laboratorio, lo que provoca­rá no sólo importantes avances científicos sino también grandes discusiones éticas y filosóficas. Es la gran noticia, en la que ha estado trabajando mucho tiempo con Hamilton Smith.

Hace unas semanas me telefoneó mi hijo ma­yor, James, que vive en San Diego, y me dijo que se iba a reunir con Hamilton Smith, a quien conoce por las reuniones de los Jurados de los Premios Rey Jaime I. El profesor Smith se encontraba allí desarrollando una sede de la Fundación Craig Venter.

Por todo lo dicho, esperamos con avidez cono­cer más detalles del futuro de «la creación de vi­da» directamente de Venter, que estos días 5,6 y 7 de mayo imparte sendas conferencias en el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de Valencia.

Venter es un asiduo visitante de España, pues, además de participar en las dos últimas reunio­nes sobre el Genoma Humano, volvió en 1998 cuan­do se le reconoció con una Medalla de la Funda­ción Valenciana de Estudios Avanzados, durante un curso en la Sede de la Universidad Internacio­nal Menéndez Pelayo de Valencia, y hace unos sie­te años recibió en Oviedo el Premio Príncipe de As­turias, compartido con otros distinguidos investi­gadores, incluyendo su competidor y poco amigo Francis Collins.

Dada su gran categoría científica y, por tanto, su cada vez mayor número de ocupaciones, es de agradecer, que Craig Venter, posiblemente el biólogo molecular más famoso en la actualidad, venga a pasar unos días a España, para compartir sus ideas revolucionarias con cuantos científicos y estudiantes deseen aprender aspectos novedo­sos y fascinantes de la genética.

SANTIAGO 6RIS0LÍA

Bioquímico




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