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TVE a la CARTA Precioso concierto de Leonard Cohen
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TVE a la CARTA
miércoles, 13 de mayo de 2009
domingo, 10 de mayo de 2009
sábado, 9 de mayo de 2009
Propuesta de Mario Conde para la crisis financiera
Mario Conde tuvo una entrevista con la revista alemana Aufgang, cuya
traducción, con permiso de Mario Conde, ponemos a continuación:
Mario Conde
Del Banco a la Mística
Una propuesta sorprendente para la crisis
financiera1
El tema
Con vistas a la situación mundial la distinción entre optimismo / pesimismo ha
perdido su sentido. Después de las sacudidas del siglo 20. se tambalea una vez
más el edificio de la civilización tecnológica. Mas en comparación con las
pasadas crisis parece haberse agudizado la gravedad. Por dos razones: por una
parte, los medios exponen al ciudadano, que ve peligrar el fundamento
material de su vida, el caos de que emerge el desorden económico, por otra, la
globalización hace que la totalidad pueda derrumbarse en cualquier punto del
planeta.
Ante tamaña eventualidad comienzan los científicos a admitir abiertamente
lo que hasta entonces habían guardado más bien para sí: la ciencia no puede
solucionar ya los problemas. El hombre no puede controlar el curso de los
acontecimientos. Los fenómenos se han independizado, por decirlo así, y
determinan la dirección. En el mundo dominan ahora las coordenadas: ciencia,
globalización, dinero.
El clima de inseguridad mundial obliga a hacer preguntas insólitas: ¿Cómo
va a poder mejorar la situación de la humanidad la ciencia, si es ella
precisamente el problema? Igualmente: ¿Cómo van a superar de manera
duradera la crisis los expertos financieros que la han provocado? Hace falta
más capital ¿Cómo podría ese aumento cambiar el rumbo en buen sentido si el
desastre proviene de la manera de tratar el dinero?
Se habla de un posible final del capitalismo. ¿Cuál sería la alternativa
puesto que el comunismo ya fracasó? Se compara la situación actual con la del
año 1929 en que circunstancias caóticas prepararon en economía y finanzas la
catástrofe.
¿Cuál sería hoy la tarea? Se trata naturalmente de encontrar caminos que
ayuden a salir pronto del atolladero en que millones de familias de todo el
1 Una conversación previa con Mario Conde mantuvieron, en su casa de Madrid, el 02. 10.
2008 los Editores de Aufgang, José Sánchez de Murillo y Martin Thurner. El día
04.10.2008 tuvo lugar como colofón del Congreso „De la ciencia a la mística“ (Von der
Wissenschaft zur Mystik) en Ávila una mesa redonda, durante la cual Conde expuso y
discutió sus tesis ante numeroso público internacional en el Auditorio Máximo de la
“Universidad de la Mísitica”.
mundo pueden sucumbir. Pero además de eso es urgente elaborar un nuevo
sistema financiero que excluya en el futuro calamidades semejantes.
Condición indispensable para ello es desenmascarar la verdadera causa y
afrontarla.
Interviú
1. Carrera profesional y camino místico
Aufgang: ¿Señor Conde podría Vd. presentarse a nuestros lectores?
Conde: Con mucho gusto, pues es para mí un honor hablar con Vds. sobre la
crisis financiera y la situación mundial. Ahora bien, ¿quién soy yo? Una
persona atrevida, si considero que, experto en finanzas, voy a hablarles como
„místico“.
En primer lugar las fechas: Nací el 14 de septiembre de 1948 en Tuy
(Provincia de Pontevedra, Noroeste de España) y estudié Derecho y Economía
en la universidad jesuita de Deusto (País Vasco). Aunque suelo decir que soy
ahora libre porque ya no siento vanidad, me llena todavía hoy de orgullo el
hecho de haber llegado con tan sólo 24 años a Abogado del Estado en Toledo,
integrándome así en la élite de la justicia española de aquel tiempo.
Aufgang: No sólo concluyó Vd. los exámenes necesarios para ese puesto como
el mejor de su promoción. Anteriormente ya había sobresalido por sus
brillantes notas tanto durante la carrera como en el doctorado. Después de su
actividad jurídica en Toledo y en Madrid ocupó Vd. en una subida meteórica
impresionante puestos claves en distintos campos empresariales. Por todo ello,
y también por su proverbial elegancia, se convirtió Vd. en los años 80 y 90,
como símbolo de éxito, en un ídolo para generaciones de españoles.
Conde: Después de Toledo y Madrid realicé en la industria farmacéutica
actividades que culminaron en fusiones internacionales de empresas. Luego
fuí elegido con 39 años Presidente del Banesto (Banco Español de Crédito),
uno de los mayores bancos españoles que dirigí durante siete años (1987–
1993).
Aufgang: La fusión de empresas realizada por Vd. fué una de las más
voluminosas en la historia de la economía española. Vd. presidía uno de los
grupos financieros españoles más potentes, y además sacó Vd. al Banesto en
poco tiempo de una peligrosa crisis y lo convirtió en un exitoso centro
financiero con grandes ganancias para los accionistas. Todo ello lo hizo a Vd.
no sólo muy popular; también le proporcionó en altas esferas sociales respeto
y reconocimiento. Mantuvo relaciones de amistad con miembros de la casa
real. La Universidad Complutense de Madrid le concedió el grado de Doctor
Die Worte des Ratjahama 2
honoris causa. Pero el éxito profesional y social no lo era todo …
Conde: Desde siempre he tenido pasión por preguntas existenciales y
espirituales, no sólo, como opinan muchos, desde mi proceso judicial con el
consiguiente encarcelamiento2 o desde el fallecimiento de mi querida esposa
Lourdes, que murió tras grave enfermedad el 13 de octubre de 2007. Todos los
momentos esenciales de mi vida están marcados por una actitud
fundamentalmente espiritual.
Aufgang: Su desarrollo espiritual es tan impresionante como su carrera
profesional. ¿Podría Vd. esbozar su biografía espiritual?
Conde: Ya en mis años de colegio me sentía atraido por el Dios de la Iglesia
Católica, mi trato con él se intensificó durante mis estudios en la Universidad
de los jesuitas. Iba diariamente a misa, comulgaba con frecuencia, pasaba
además muchos momentos en el templo. Sin embargo, todo ello no me
satisfacía plenamente. El Dios cristiano es un Dios muy cercano, un amigo por
decirlo así, con quien se puede hablar. Pero desde mi estudio del Tao se me ha
hecho patente, que el lenguaje de Dios es el silencio – las palabras
corresponden más bien al leguaje humano. Las verdades de la fe y los dogmas
constituyen un refugio en que los humanos pueden descargar sus miedos,
como yo mismo lo hacía en aquellos tiempos. La transformación de la
espiritualidad o de la mística en una religión determinada entraña el peligro de
confundirlas con un refugio. Veo en ello un gran problema. Pero de ese
entendimiento me separaba todavía un largo camino, plagado de crisis y
desesperación.
Aufgang: ¿Fué ese el momento más difícil de su desarrollo espiritual?
Conde: Fué por el año 1968, en la época de la sublevación de los jóvenes,
cuando, desengañado de las formas tradicionales de espiritualidad, caí en el
estado de ánimo que describe Sastre en La nausée. Sufría el sinsentido
absoluto de la experiencia nihilista del ser. Entonces la vida me parecía
impregnada de la sensación de repugnancia ante todo, ante el mundo y ante mí
mismo.
Aufgang: ¿Como consiguió Vd. encontrarle de nuevo sentido?
Die Worte des Ratjahama 3
2 Se refiere al llamado „Caso Banesto“, que, tras intervención del Banco de España el 28 de
diciembre de 1993, fue abierto el 15 de noviembre de 1994 y cerrado el 29 de julio de 2002
con sentencia del Tribunal Supremo del Poder Judicial. Tanto en círculos competentes
como en amplios sectores de la opinión pública se consideró entonces y se sigue
considerando hoy el Caso Banesto como un oscuro proceso político. En el año 1999, en
pleno proceso pues, Mario Conde fue elegido por el CDS (Centro Democrático Social)
candidato para las elecciones parlamentarias de 2000, que perdió.
Conde: No fué tan sencillo. Al contrario de la doctrina budista, la nada
sartriana no era una respuesta. Eso lo sentía mi espíritu, y estaba, por ello, en
continua inquietud, aunque el cuerpo descansara. Tenía que romper,
levantarme y volver a caminar. De esa manera me acerqué a la esotérica, al
estilo por ejemplo de la antroposofía de Steiner.
Aufgang: ¿Pudo sacar Vd. algo positivo de la esotérica?
Conde: Desde luego. Una esotérica bien entendida existe en cada religión y en
cada tradición espiritual, por tanto también en el Cristianismo e incluso en el
Islam. Si se profundiza en esos impulsos esotéricos, las religiones se
encuentran, convergen directamente en el mismo centro. Y sólo con la unión
de las fuerzas espirituales podrá solucionar la humanidad sus problemas, esa
es mi firme convicción.
Aufgang: Hablaba Vd. antes del significado del Tao. ¿Se refería Vd. a esa
unión?
Conde: Durante mis estancias en la cárcel me dediqué a estudiar la sabiduría
taoista, impulsado por el libro Sufismo y Taoismo del japonés Izutsu
Toshihiko. De ahí surgió mi libro La Palabra y el Tao. Escribir ese libro, fué
para mí una experiencia clave. Durante ese trabajo me ví confrontado en lo
pequeño con un problema que me parece decisivo referente a lo humano en
general: Tan sólo del Tao te ching existen tres versiones con distinto
contenido. ¿Cómo se explica eso? Reflexionando sobre ese problema llegué a
la siguiente conclusión: Son la palabra y el lenguaje los que causan las
diferencias y las divisiones. En el momento en que propongo algo, lo aíslo y lo
coloco frente al todo, lo arranco del mismo y destruyo de esa manera ambos.
Por el contrario: trascendiendo la palabra, encuentro de nuevo la plenitud, que
es, al mismo tiempo, el vacío budista. No lo que se puede pronunciar o escribir
es el “Tao”, no, sólo el silencio es, al mismo tiempo, „camino y meta“. Por eso
culminan todas las grandes tradiciones espirituales en el callar místico, en el
silencio.
Aufgang: ¿Es, pues, el descubrimiento del silencio el contenido esencial de su
experiencia mística?
Conde: A partir de la experiencia del silencio mi vida se ha renovado. El
silencio, pienso yo, podría cambiar también la vida social, política y
económica. A una persona que no sea capaz de pasar tiempos de silencio, yo
no le confiaría nada importante ni le daría responsabilidad alguna.
Aufgang: ¿Qué encuentra Vd. en el silencio y cómo llega a él?
Conde: Hay que frecuentar tiempos y lugares de silencio. A veces, hay que
saber crearlos. Cada día me levanto a las cuatro de la mañana para encontrar al
Die Worte des Ratjahama 4
silencio. Hace poco pasé un tiempo en un monasterio cisterciense. Los
conventos me han fascinado desde siempre como lugares de silencio. Como
tales tienen un significado perenne para la humanidad. En el callar del silencio
se encuentra, en primer lugar, libertad. La verdadera libertad no es un estado
material, se puede experimentar también en la cárcel, porque es algo
espiritual. Más aún: es algo que afecta al centro emocional de la persona
humana. En el silencio se encuentra, no lo puedo decir de otra manera, „la
pureza de corazón”.
Aufgang: Estä Vd. casi citando las bienaventuranzas: „Beatos los limpios de
corazón.”
Conde: Con la expresión „Pureza de corazón“ califico un estado de plenitud
espiritual, que se encuentra más allá de las palabras y trasciende todos los
límites.
Aufgang: ¿Se trata entonces de un malentendido cuando se piensa que el
silencio místico aparta a los hombres del mundo y de los demás?
Conde: Eso es ciertamente un malentendido. Verdad es más bien lo contrario.
Yo lo he experimentado. Precisamente en tiempos de profundo silencio, como
en la cárcel o después de la muerte de mi esposa, mis relaciones con los demás
ganaron en intensidad y calidad. En el silencio del corazón se está más cerca
de las personas amadas, aunque se esté separado de ellas físicamente, incluso
más allá de la muerte.
2. La crisis financiera actual
Aufgang: El „místico“ vive de la experiencia que todo está relacionado con
todo. Por eso, es una impresión superficial si nos parece fuera de sitio hablar
aquí de los problemas actuales del mundo financiero. Queremos intentar con
Vd. un diálogo entre mística y economía – se podría decir ¡entre San Juan de
la Cruz y Carlos Marx! Comencemos con un análisis de la situación. ¿En qué
consiste la crisis?
Conde: En primer lugar precisemos que estamos actualmente no ante una
crisis económica, sino ante una crisis financiera.
Aufgang: ¿Podría Vd. explicar la diferencia entre economía y finanzas?
Conde: Con mucho gusto. Se entiende por economía la creación, distribución
y adquisición de bienes para cubrir las necesidades humanas. Esos bienes
pueden ser alimentos, artículos de uso diario, mas también artículos de lujo,
productos culturales y servicios de todo tipo. Todos esos bienes tienen para
nosotros un valor que expresamos en unidades monetarias, entre otras cosas
Die Worte des Ratjahama 5
para hacer posible su distribución y mejorar su calidad, lo cual repercute
evidentemente en el bienestar de todos. Por ello, actualmente (todavía) no
tenemos crisis económica, porque al menos en los países desarrollados no
faltan los bienes ni falla su distribución.
Aufgang: ¿Cómo es posible una crisis financiera que no incluya una crisis
económica?
Conde: La sorpresa que expresa su pregunta muestra que, en efecto, se trata de
una locura. Las causas de la crisis provienen de un fallo en el desarrollo dentro
del sistema originado por la codicia de algunos individuos que, todos juntos,
representan una buena cantidad de ejecutivos.
Aufgang: Durante sus años de actividad en el sector financiero Vd. llamó la
atención sobre ese desgobierno y advirtió de sus consecuencias. Con ese aviso
no haría Vd. probablemente muchas amistades. Porque ¿quién es capaz de
renunciar a un enriquecimiento personal rápido, aunque ello tenga como
consecuencia la ruina de naciones enteras?
Conde: El punto clave está en la relación entre bienes económicos y valores
financieros. El sistema financiero estaría en regla si los valores monetarios
correspondieran aproximadamente a los bienes reales y si esta
correspondencia se mantuviera. Digo „aproximadamente“, ya que la suma de
los valores financieros puede y debe ser algo mayor que los bienes
económicos para poder impulsar y dinamizar los procesos de producción
económica. Pero sólo un poco, de 10 a 20 por ciento, ¡no más! Con ello se
promociona el crecimiento. Los bancos deberían invertir y prestar dinero sólo
con esa finalidad, que era la idea originaria. Los procesos referentes a la
promoción de los bienes económicos concretos tienen que ser siempre la base
a partir de la cual los bienes financieros se definen y desarrollan. El dinero
tiene que servir para hacer posibles los procesos de producción, ni más ni
menos. Sólo así funciona el sistema en que economía y finanzas están
mutuamente relacionados. Las finanzas son siempre algo artificial, no así los
bienes económicos. Es lógico, pero, tras largos años de perversión del sistema,
suena para la mayoría sorprendente. ¡El dinero no tiene valor en sí mismo!
Aufgang: Entonces, ¿la raíz del problema consistiría en una alteración en la
relación entre valores financieros y bienes económicos?
Conde: Efectivamente. Pero la palabra „alteración“ se queda corta,
¡destrucción sería el concepto justo! Comenzó con que algunos „mercados
financieros“ se desarrollaron independientemente. La relación de dependencia
de los valores financieros de los valores económicos se fué perdiendo de vista
hacia finales de los años ochenta hasta que desaparecieron totalmente.
Paradójicamente esa independencia de los mercados financieros en Europa fue
estimulada por gobiernos socialistas. Ya no se negociaba con bienes y
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servicios, sino con unidades financieras de todos colores, paquetes de
acciones, fondos y todo lo que se ofrecía en el mercado globalmente libre. El
dinero se convirtió en un valor en sí mismo. Lo cual es por definición y
absolutamente ¡falso! Dinero que se convierte en un valor en sí mismo, deja
de tener valor, puesto que su verdadero „valor“ le viene de un factor
económico que está fuera de él.
Aufgang: Esa perversión tenía que llevar, tarde o temprano, al desastre.
Conde: Inevitablemente. Por medio de la negociación a nivel mundial de
papeles financieros se infló de tal manera la suma de los valores del dinero
que éstos, en poco tiempo, se llegaron a cotizar cien veces y más del valor real
de los bienes económicos – con tendencia ascendente. Pero eso es como un
globo. Si lo inflo más de lo que puede aguantar, explota. Y entonces nota el
niño que su volumen sólo contenía aire, y que ahora su envoltorio está roto.
Exactamente en ese punto nos encontramos ahora en los mercados financieros.
Éramos como niños que se dejaron deslumbrar por el enorme tamaño de un
globo financiero, sin percatarnos de que mientras más lo infláramos más
pronto explotaría y nos arrasaría con su explosión. La masa inflada de dinero
sólo existe en los números de los bancos, fuera de ahí carece de valor. El
dinero inventado se hizo más importante que los bienes reales. El que „tiene“
ese dinero, vive en la ilusión de poseer algo, que en realidad no es nada, algo,
que no existe. El dinero y los valores reales han dejado de corresponderse. El
sistema financiero se derrumba.
Aufgang: La quiebra de los mercados financieros, la amarga constatación que
sus valores eran sólo imaginarios ¿llegará a repercutir más tarde o más
temprano en la economía?
Conde: Naturalmente. Llegará a repercutir, porque los hombres de la
economía han acoplado sus bienes a las ganancias financieras obtenidas
artificialmente, a un dinero inventado, con la idea de obtener mayores
beneficios. Las enormes pérdidas causadas por el derrumbamiento de los
mercados financieros tienen que ser compensadas forzosamente por medio de
bienes reales, en concreto por ejemplo con impuestos, es decir, a fin de
cuentas, con las posesiones y el trabajo „de los ciudadanos normales y
corrientes“, de cada uno de nosotros. Eso puede llevar consigo a medio plazo
un empobrecimiento colosal de amplios sectores de la población. El mercado
financiero, inflado artificialmente, era una base imaginaria, sin contenido real,
y nosotros todos hemos cometido el error de apoyar sobre ella nuestra
economía. No es, por tanto, sorprendente que ese fundamento imaginario
resulte ahora ineficiente y nos arrastre tanto más profundamente al abismo
cuanto más lo hayamos inflado.
Aufgang: ¿Es, por consiguiente, una conclusión errónea creer que la crisis no
afecta al individuo concreto porque tiene lugar en los „abstractos“ mercados
Die Worte des Ratjahama 7
financieros globales?
Conde: Naturalmente. Cierto es los contrario, ya que, de alguna manera, todos
hemos colaborado y también nos hemos aprovechado a corto plazo. Una toma
de beneficios en la bolsa de Tokio puede significar la ruina para una familia
de campesinos en Argentina. Permítanme aclarar este punto con un ejemplo
concreto que ha sucedido realmente: Una persona posee un terreno cuyo valor
es – digamos – cien. Entonces viene un asesor financiero y le dice que su
terreno no sólo vale cien, sino mil, porque se pueden construir sobre él casas y
venderlas con ganancias. A continuación, el dueño del terreno va a un banco.
Este le ofrece sobre la base de los beneficios esperados de la venta de las
viviendas y de la subida de precio de las mismas un préstamo de cinco mil, de
los cuales él sólo necesita mil para la construcción de las casas, los otros
cuatro mil los invierte en acciones del mismo banco que le asegura una
próxima subida. Ahora bien, las acciones del banco bajan a causa de pérdidas
en los mercados financieros globales, las casas no se construyen a causa de
una crisis inmobiliaria. Sin embargo, el banco exige al dueño del terreno la
devolución del préstamo con los intereses. El hombre pierde su terreno, sólo le
quedan deudas de dimensiones astronómicas. Un dinero inventado arrastra a la
persona con su familia a la ruina. Es un caso concreto, pero no único.
Precisamente en los casos concretos se percibe con más claridad el grado de
perversión que ha alcanzado la situación global.
3. Buscando una salida: ¿Trascendencia espiritual?
Aufgang: La crisis actual, cuyas causas nos ha expuesto Vd. con claridad
diáfana, recuerda en cierto sentido la situación de Europa después de la
Segunda Guerra Mundial. Todos sabían que nada seguiría igual que antes, y
todos decían que semejante barbaridad no debería pasar nunca más. Pero
todavía no se habían recogido los escombros de las ciudades destruidas y ya
estaban otra vez los frentes de guerra preparados. Americanos y soviéticos se
habían enemistado. En lugar de aprender de la catástrofe, comenzaron a
armarse de nuevo hasta los dientes. „La ocasión perdida“ calificó la escritora
alemana Luise Rinser la situación con la mirada puesta en su país. ¿Qué
podríamos hacer para aprender de la actual crisis financiera? ¿Cree Vd. que su
experiencia del silencio y de la limpieza de corazón podrá llegar algún día al
mundo de las finanzas? ¿Hay un puente capaz de unir esas dos dimensiones?
Conde: Yo dejaría de hablar si no creyera que es posible y que ese puente
existe. El silencio místico y las turbulencias de los mercados financieros
parecen, efectivamente, a primera vista mundos irreconciliablemente opuestos.
Pero son personas humanas, las que viven ambas realidades. Desde mi
experiencia del mundo de las finanzas puedo decirles que sólo en muy pocos
casos son responsables del desarrollo perjudicial individuos que podamos
calificar de moralmente malos.
Die Worte des Ratjahama 8
Aufgang: ¿Cómo explica Vd. entonces que personas, que en el fondo son
buenas, puedan tomar decisiones tan desastrosas?
Conde: Para responder a esa pregunta hay que profundizar hasta las causas
primeras de esta crisis global del sistema Mi tesis es que estamos ante una
crisis de valores sobre las que reposa el sistema y a partir de los cuales se
orientan las personas que actúan en él. El criterio determinante de los
mercados era y sigue siendo la eficiencia.
Aufgang: ¿Pueden la espiritualidad y la mística influenciar el principio de
eficiencia hasta tal punto que sus consecuencias destructivas sean controladas
y superadas?
Conde: La eficiencia tiene que ser dirigida por la trascendencia.
Aufgang: ¿Qué entiende Vd. por trascendencia?
Conde: Literalmente significa „superación“. Para mí el concepto tiene un
doble significado: se refiere, por una parte, a la dimensión social y además a la
absoluta, espiritual-mística. Ambas acepciones están relacionadas entre sí. Yo
opino: sólo si logramos renovar la vida económica y financiera a partir de esa
trascendencia espiritual-mística tienen ellas y tiene la humanidad un futuro.
Aufgang: El concepto de trascedencia espiritual es conocido, pero no tanto el
de trascendencia social. ¿Qué entiende Vd. por ello y cómo podría actuar
sobre la economía y las finanzas de manera que se renueve el sistema?
Conde: Para ello he forjado el concepto de „eficiencia social“. Después del
derrumbamiento de la Unión Soviética coincidí en 1992 durante una
conferencia en Moscú con Gorbatschow. Yo tenía la esperanza de que surgiera
entonces un sistema nuevo y mejor. Por eso le recomendé insistentemente
considerar que el futuro de su país sólo estaría asegurado si junto al principio
de la eficiencia económico-financiera actuaba con el mismo derecho el
principio de la eficiencia social.
Aufgang: ¿Qué quiere decir eso concretamente?
Conde: El mercado económico sólo puede funcionar si no se afirma como una
finalidad en sí mismo, sino como parte de una visión de conjunto que abarca a
la totalidad de la persona humana con todas sus necesidades – así lo advertí
entonces. El que se orienta hacia la eficiencia social tiene que considerar que
sus decisiones en el sector de la economía tienen siempre consecuencias para
muchas otras personas, para naciones enteras, para toda la humanidad. De esa
manera se trasciende a sí mismo y el estrecho horizonte de sus propios
intereses. Eficiencia social implica, por tanto, trascendencia social. Eso es
Die Worte des Ratjahama 9
responsabilidad en sentido estricto – que es precisamente lo que ha faltado en
los últimos tiempos a los responsables del mundo de las finanzas.
Aufgang: Seguramente se refiere Vd. a algo más que las prestaciones
habituales de la seguridad social como jubilación e instituciones sanitarias o la
igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos en la formación, oficio y
participación política.
Conde: Desde luego. La trascendencia social – por muy valiosa que sea su
realización concreta – se derrumbaría en sí misma, como ocurre actualmente
en los mercados financieros, si no está inspirada por la trascendencia
espiritual. No defiendo ni un humanismo intramundano ni una ética laica,
puesto que a ambos les falta la trascedencia. Ya fracasaron lamentablemente.
No creo que sean responsables de la crisis actual.
Aufgang: ¿Cómo puede la eficacia social dejarse inspirar por la trascendencia
espritual?
Conde: Para poder obrar con resposabilidad social hay que tener ideas claras
sobre los contextos en que se actúa y que probablemente van a cambiar como
consecuencia de dicha acción. A cada acción debe preceder una reflexión
sobre la propia situación y sus entornos. En esa reflexión tengo que
desprenderme no sólo de mis metas de eficiencia inmediata, sino también de
mí mismo, y considerarme a mí mismo y a todo lo demás desde un punto de
vista superior. Esa forma de considerar tiene – como Vds. ya han notado– las
mismas características que la contemplación místico-espiritual. Mas sólo
puedo realizarla si me retiro durante un tiempo prudencial del ajetreo
mundano y me distancio de mis propios deseos e intenciones inmediatos. Y
eso lo consigo con el callar, más allá de las palabras, en el silencio – esa
actitud la calificábamos al comienzo de nuestra conversación como la meta del
camino místico. El financiero responsable tendría que ser siempre en el fondo
un místico, capaz de contemplar el todo con su mirada y obrar en
consecuencia.
Aufgang: Trascendencia espiritual como principio del obrar económicofinanciero.
La teoría convence, pero ¿cómo llevarla a la práctica?
Conde: Hice varios intentos durante mi tiempo activo en el sector financiero.
En 1992 dije a los accionistas de mi banco que tenemos que devolver a la
sociedad en forma de valores culturales lo que ella nos confía en valores
financieros. Concretamente intenté realizar con la fundación de la „Madrid
Business School“ una visión para la formación de fuerzas de mando en la cual
se daba a la educación espíritu-cultural y ética la misma importancia que a la
formación profesional financiera. Dentro de sus posibilidades ese proyecto
tuvo éxito. Cada persona con responsabilidad dentro del sector económico,
político y social debería tener claro que para poder cumplir su cometido tiene
Die Worte des Ratjahama 10
que ser capaz de retirarse de vez en cuando al silencio de la contemplación y
tomar ahí conciencia de la envergadura y las dimensiones de su campo de
acción. Admito que eso supone no sólo ejercicio, sino un cambio radical de
forma de pensar respecto a nuestra moderna „mentalidad-agenda“. Esperemos
que la crisis presente surta ese efecto positivo.
Aufgang: Habría que crear más posibilidades de retiro. Ello supondría también
un nueva tarea para conventos antiguos.
Conde: Para mí es un sueño crear un lugar donde no se haga ni enseñe nada.
Un lugar de puro silencio donde – independiente de su religión y de si creen
en algo o no – las personas puedan reunirse para callar, encontrarse a sí
mismos y tomar conciencia de su responsabilidad frente al todo. Una vez al
día podría tener lugar una especie de „capítulo“ para hablar de temas
espirituales y cambiar impresiones sobre las propias vivencias.
Aufgang: ¿Cree Vd. que para esa renovación espiritual de nuestro mundo
bastaría con volver a nuestras propias tradiciones culturales y religiosas?
¿Serían quizá más eficaces las sabidurías orientales? ¿O habría que crear una
nueva espiritualidad?
Conde: Estoy convencido de que podemos basarnos en nuestras tradiciones
cristianas. Los místicos más significativos del cristianismo son todavía
lamentablemente grandes desconocidos. Se conoce en España a San Juan de la
Cruz tan poco como al Maestro Eckart en Alemania. Si se reducen las
religiones y las tradiciones místicas a su bien entendida dimensión „esotérica“
es decir mística, coinciden todas en lo esencial, según mi experiencia.
Aufgang: Es decir: Vd. piensa que no los elementos dogmáticos, sino los
„místicos“ de las tradiciones religiosas y de las corrientes de sabiduría podrían
hacer posible una superación de la crisis actual de la humanidad, incluyendo el
mundo de la economía y de las finanzas. Pero ¿no son esas ideas místicas
demasiado „esotéricas“ ya que, como lo expresa la misma palabra, están
reservadas a un reducido grupo de iniciados?
Conde: Sólo esos momentos místicos podrán prestar la ayuda decisiva.
Aufgang: Parece a primera vista imposible que los grandes pensamientos de
los sufis islámicos, de la cábala judía, de los boddisatwas budistas, de los
upanishadas indios o de los místicos cristianos puedan ser aplicados a los
problemas actuales del mundo financiero.
Conde: Permítanme, como conclusión, poner un ejemplo. Cada día me fascina
más el pensamiento del Maestro Eckart que tenemos que volver a ser lo que
éramos antes de que fuéramos. Esa idea manifiesta su fuerza precisamente
cuando la aplicamos al mundo actual de las finanzas. Volver a ser lo que
Die Worte des Ratjahama 11
éramos antes de que fuéramos significa volver a alcanzar por medio del
silencio místico el estado original que „era“ antes de la creación, antes de que
el ser se dividiera en las categorías „espacio“ y „tiempo“. Dicho con respecto
a nuestro tema: Se trata de recuperar la pureza de corazón.
Aufgang: Otros místicos llaman ese estado el vacio, la nada o el sin-fondo
divino. En el momento extático de la experiencia mística de esa profundidad
originaria obtiene el hombre claridad sobre sí mismo y sobre el contexto
universal en que se mueve.
Conde: La insistencia en la necesidad de retirarse periódicamente a la soledad
no tiene nada que ver con un deseo de huida del mundo o con el quietismo.
¡Estamos hablando para las fuerzas directrices del mundo financiero! Por eso
quisiera repetir el principio mencionado al comenzar nuestra conversación: No
se debería confiar responsabilidad en cuestiones económicas y financieras a
personas que no tengan la fuerza de retirarse periódicamente, de callar durante
un tiempo y reflexionar sobre sí mismas y su hacer. Porque sólo personas
capaces de soportar el silencio y la confrontación consigo mismas están en
condiciones de poner orden en las turbulentas implicaciones de la economía y
las finanzas.
Die Worte des Ratjahama 12